El Gobierno quema sus últimas naves en Talgo antes de entrar con la SEPI en el capital
El objetivo es cerrar cuanto antes la venta a Sidenor para tener un núcleo de control español en el operador ferroviario

El ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente | Agencias
El Gobierno -a través del Ministerio de Transportes- acelera los contactos para cerrar cuanto antes la venta de Talgo a Sidenor. Fuentes conocedoras consultadas a THE OBJECTIVE indican que los movimientos pasan en estos momentos por buscar fórmulas para que la empresa vasca suba su oferta y cumpla las expectativas del fondo Trilantic, que no aceptó la primera propuesta consistente en cuatro euros por acción. Se trata, dicen, de que el Estado queme todas las naves antes de que se vean obligados a activar la entrada pública en el capital del fabricante de trenes.
Estas mismas fuentes indican que la situación es compleja y que está lejos del optimismo manifestado el lunes pasado por el secretario de Estado de Transportes, José Antonio Santano. El número dos de Óscar Puente dijo que la venta podría quedar resuelta «en cuestión de días» y sugirió que podría favorecer al fabricante vasco, que cuenta con el total respaldo del gobierno español y el del País Vasco en una «apuesta de país». El Ejecutivo volvía a dejar claro que Talgo debe quedarse en España.
Pero las opciones de Sidenor siguen sin estar del todo claras, pese a tener el apoyo del Gobierno y de la Lehendakaritza. El fondo Trilantic, dueño del 29% de Talgo y la llave de control de la compañía, sigue exigiendo una oferta más atractiva que al menos se iguale a los cinco euros ofrecidos por los húngaros de Magyar Vagon, opa que fue rechazada por Moncloa en agosto mediante el escudo antiopas.
Ofertas por Talgo
Estamos ante una diferencia considerable entre los 148 millones que Sidenor ofertó a finales de noviembre por la participación de Trilantic y los cerca de 190 que pide como mínimo el fondo. Si consideramos que la acción cerró este martes a 3,94 euros (frente a los 3,4 de valor que tenía hace tres meses) la propuesta de cuatro euros de la vasca no tiene atractivo financiero ni representa ningún tipo de prima y, por tanto, se ha quedado obsoleta.
Además, Sidenor compite con al menos otras dos ofertas que no se han presentado todavía, pero que están cerrando detalles para pujar formalmente. Se trata de la polaca Pesa y de la India Jupiter Wagons, que han contratado los servicios de asesores y que en las últimas semanas han buscado acercamientos con la española, con el Gobierno vasco y con el propio Ministerio de Transportes. Las opciones sobre la mesa abren la puerta a una propuesta conjunta para compartir capital y aspirar a quedarse el 100% del fabricante ferroviario, pero las administraciones públicas insisten en que el control en todo momento debe ser para un núcleo español.
Trilantic ha prolongado en dos semanas la puja, hasta mediados de febrero, por lo que se da por supuesto que Pesa y Jupiter Wagons presentarán una oferta muy superior a Sidenor. Además, abren la puerta a comprar el porcentaje del resto de los socios de Talgo que se mostraron proclives a vender a los húngaros a mediados de 2023. No obstante, ninguna de las dos se quiere exponer a un nuevo veto del escudo antiopas, como ya pasó con Magyar Vagon, y que sirvió de elemento disuasorio para el proyecto de la checa Skoda, que nunca cristalizó.
Las opciones del Gobierno
En toda esta lucha de intereses al Gobierno le quedan tres vías. La primera y la menos engorrosa es conseguir que Sidenor suba su oferta hasta que sea atractiva para Trilantic, algo que no ha pasado en los últimos tres meses. Esto supondría poner sobre la mesa 50 millones de euros más, aunque otra posibilidad es convencer al fondo de que acepte la actual propuesta de la vasca, una opción totalmente contraria a lo que han planteado hasta el momento.
El plan original de Moncloa pasaba por una oferta conjunta del fabricante vasco con CriteriaCaixa, con un socio industrial y otro financiero, los dos españoles y de la confianza del Gobierno, pero esta opción parece descartada en el papel. No obstante, fuentes consultadas por este diario creen que las buenas relaciones del Ejecutivo con el brazo industrial de Fundación La Caixa podrían dar pie a una entrada de último minuto.
La segunda opción del Gobierno es la posibilidad de que Sidenor incorpore en su oferta al resto de los interesados. En este sentido, el que cuenta con más papeletas es la polaca Pesa, que ya tiene un acuerdo estratégico con Talgo, y que genera más confianza al ser un país de la Unión Europea con un gobierno centrista liberal (como Ciudadanos). En el caso de la india Jupiter, queda totalmente descartada al venir de un país con el que no existen demasiados vínculos ni relaciones comerciales. La propuesta la podría completar el fondo de inversión público vasco Finkatuz, que no ha escondido su interés por participar en la operación.
Entrada de la SEPI
En este caso, los problemas que se presentan son que Pesa acepte ser solo un acompañante y no el líder (que seguiría siendo Sidenor) y que se tendría que ampliar la oferta a una opa a la totalidad de la compañía. Esto supone articular una propuesta altamente atractiva para todos los accionistas que -en todos los casos- debería estar por muy por encima de los cinco euros por acción de Magyar que valoró toda la empresa en 619 millones de euros.
Si ninguna de estas opciones cristaliza y si Trilantic da por buena alguna de las ofertas extranjeras, se activará el plan de contingencia que pasa porque la SEPI ponga sobre la mesa el dinero que falta, lo que daría entrada a la participación pública. Con Sidenor como socio industrial, el apoyo del Estado sería como socio minoritario y con una inversión de menos de 100 millones de euros. Esto aseguraría un núcleo de control español y se descartaría cualquier tipo de entrada de una empresa extranjera a medio y largo plazo.
El Gobierno quiere agotar las otras vías antes de actuar y se pone como plazo finales de este mes para resolver la situación. En el centro de todo se encuentra el plan para crear un gigante ferroviario europeo con Renfe, Adif y Talgo, plan adelantado por este diario en enero. Un proyecto que no tendría recorrido si el fabricante ferroviario cae en manos extranjeras o si no hay un núcleo de control local. Son días claves y el Ejecutivo tiene activadas todas las opciones. Si ninguna de ellas cuaja, la entrada de la SEPI es solo cuestión de semanas.