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Transporte

El Gobierno de Aragón busca un fabricante de coches chino tras conseguir una gigafactoría

La negociación es compleja porque las empresas tecnológicas asiáticas prefieren un acceso directo al mar

El Gobierno de Aragón busca un fabricante de coches chino tras conseguir una gigafactoría

El presidente de Aragón, Jorge Azcón. | Europa Press

El presidente de Aragón, Jorge Azcón, trata de seducir a los fabricantes de coches chinos para instalar una fábrica en su región. Un escenario que convertiría a su comunidad en un enclave del sector de la automoción después de haber logrado una gigafactoría en Zaragoza. No obstante, la misión no es tan fácil. Según ha podido saber este medio, los fabricantes chinos que monitorizan la posibilidad de montar una fábrica de coches en España buscan zonas de costa -con acceso a un puerto- para desplegar sus instalaciones.

Desde el Gobierno de Aragón, conscientes de esta desventaja competitiva que tienen frente a otras comunidades, tratan de convencer a los fabricantes chinos subrayándoles su buena comunicación con los puertos a través de sus corredores ferroviarios. Sin embargo, según ha podido conocer este medio, para los inversores sigue siendo un coste extra desde el punto de vista logístico. La carrera por lograr una fábrica china se extiende más allá de nuestras fronteras. Así, los países europeos se apelotonan para lograr atraer también la tecnología china.

El contexto de la automoción es el siguiente: China lleva años invirtiendo en tecnología y hoy alcanza la economía de escala con el coche eléctrico. Al mismo tiempo, Europa ha impuesto el fin de la fabricación de coches que emitan CO2 a partir del año 2035 e impone hoy multas millonarias a aquellas marcas que no cumplan con los requisitos de la Comisión Europea sobre emisiones de vehículos. Por otro lado, para proteger a la industria europea, Bruselas ha aprobado impuestos a la importación de coches chinos. Un movimiento que ha empujado a estos últimos a montar fábricas en Europa para sortearlo, y que abrazan los gobiernos europeos por la incapacidad de su industria de alcanzar el nivel de tecnología, seguridad y de precios de los coches chinos.

El sector de la automoción tiene un peso muy importante en la economía española: hay 14 fábricas de coches y es el segundo fabricante de vehículos de Europa. Una realidad que, por ejemplo, convierte a su patronal Anfac (Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones de España) en uno de los lobbies empresariales más importantes del país y que obliga a cada nuevo ministro de Industria a aceptar una primera reunión con ellos nada más recibir la cartera.

El pasado mes de diciembre Stellantis y la china CATL anunciaron una inversión de hasta 4.100 millones para una gigafactoría (una planta de baterías) en Zaragoza con el objetivo de iniciar la producción a finales de 2026. «Supondrá un cambio histórico para la economía de Aragón», se congratuló Azcón tras materializarse el proyecto.

Pero atraer inversión china no es un proceso que pueda hacer una única comunidad, sino que necesita el apoyo del gobierno central. Para ello, este lunes el ejecutivo central ha montado un foro, llamado Invest in Spain, en el que participarán todos los ministros económicos de Pedro Sánchez: Industria, Economía, Transición Ecológica y Transformación Digital. Se esperan, según fuentes conocedoras, reuniones con empresas chinas para canalizar inversiones.

Los gobiernos europeos se han adelantado a su propia industria, convirtiendo al vehículo eléctrico en un bien imprescindible en los próximos años para los ciudadanos. Una apuesta que ha llegado pese a las reticencias que existen hoy en la sociedad sobre estos coches, ya que se duda sobre la fiabilidad. Además, algunos gobiernos, como por ejemplo el español, han llevado a cabo estrategias ineficientes a la hora de incentivar a la demanda, como ha ocurrido con el plan Moves.

Mientras tanto, la presencia china continúa en nuestro país y, según fuentes conocedoras, «sin límite a la inversión». A la ya mencionada CATL se le une, por ejemplo, otras inversiones como la que anunció hace un año en Ferrol (Galicia) el gigante chino Arcfox, la marca premium de coches eléctricos de Baic (Beijing Automotive Industry Holding) y uno de los cinco primeros fabricantes de automóviles del país asiático, para convertir el puerto de la ciudad gallega en su centro logístico para la exportación de coches a Europa.

Además, por esas mismas fechas el grupo automovilístico chino Chery anunció que se iba a instalar en Barcelona (Cataluña) para fabricar vehículos eléctricos. Esta fiebre por la tecnología china no siempre es exitosa, y según fuentes conocedoras, «muchos fabricantes chinos han tenido que abandonar España después de trasladarse a nuestro país porque sus proyectos no han funcionado».

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