Pardo de Vera mantiene su influencia en ADIF a través de varios altos cargos afines
Cinco de ellos, que ascendieron con la expresidenta investigada, ocupan hoy puestos directivos en la empresa pública

La expresidenta de ADIF, Isabel Pardo de Vera. | Europa Press
La influencia de la expresidenta de ADIF, Isabel Pardo de Vera, continúa en el gestor de la vía ferroviaria dos años después de su salida como secretaria de Estado de Transportes y tras cuatro años de su marcha como presidenta de la empresa pública. Son muchos los nombres de afines a la expresidenta -hoy investigada por un caso de corrupción que ha sacudido al Ministerio de Transportes- que son altos cargos y directivos del gestor ferroviario.
THE OBJECTIVE ha analizado los tentáculos de la expresidenta en la empresa pública. En primer lugar, el pasado mes de marzo, ADIF ascendió a Raúl Míguez a la cúpula directiva de la empresa, convirtiéndose en director general de Operaciones y Explotación. Este es uno de los hombres de confianza de Pardo de Vera, ya que fue su director de gabinete durante su breve etapa como secretaria de Estado de Transportes (2021-2023) y su director adjunto cuando ella era la presidenta de la empresa (2018-2021).
En segundo lugar, junto con el recién ascendido Míguez se encuentra, también al frente de la empresa, Juan Pablo Villanueva, director general de Negocio y Cliente de ADIF. Llama la atención que haya sido el único de la anterior dirección que sobreviviese a los cambios recientes en la cúpula. Este, que fue ascendido como director general de Construcción de la mano de Pardo de Vera en 2018, es otro de los fieles de la investigada, y con la que mantiene amistad desde hace muchos años. Villanueva, además, se encuentra salpicado por diversos amaños que fueron denunciados internamente y a los que ADIF dio carpetazo pese a las anomalías observadas por los técnicos.
En tercer lugar, el expresidente de la compañía pública, Ángel Contreras, salpicado por participar en amaños de contratos, fue recolocado en su tierra natal, Valencia, pero con cargo de directivo. Hoy trabaja como director adjunto de construcción de líneas en explotación de la zona este. Contreras, como ocurrió con Villanueva, logró su ascenso como director general de Conservación y Mantenimiento de ADIF en 2018 de la mano de la presidenta Pardo de Vera. Un puesto que mantuvo hasta finales de 2023, cuando fue nombrado presidente de la empresa pública. Durante ese tiempo, mantuvo el contacto con la hoy investigada.
En cuarto lugar, Concepción Casillas, que pasó de ser gerente a directora con Pardo de Vera, fue ascendida recientemente a la cúpula como directora general corporativa de Gestión de Personas, Estrategia y Seguridad. Previamente, fue directora de Planificación, Organización y Administración. Durante esa época tuvieron lugar las polémicas contrataciones del hermano del asesor de confianza del exministro Ábalos, Koldo García, y de la amiga especial del exministro, Jésica Rodríguez.
En quinto lugar, otro de los afines a Pardo de Vera es Jesús Campo, que, como adelantó este periódico, pasó de ser presidente de la mesa de contratación de una de las obras señaladas por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil como preadjudicadas para Acciona a director general de Negocio y Operaciones Comerciales de la compañía pública. Este ascenso tuvo lugar con la expresidenta investigada al frente.
Pardo de Vera apenas ha durado un mes como asesora de la constructora ACS. La empresa presidida por Florentino Pérez la contrató a finales de marzo en un movimiento que se entendió, según fuentes del sector, motivado en la búsqueda de las influencias que tenía Pardo de Vera.
La expresidenta está salpicada por la contratación de la amiga especial de Ábalos, Jésica Rodríguez, a través de ADIF. Además, tiene varios frentes, como el que se desprende de la auditoria interna de Óscar Puente, publicada en agosto de 2024. Así, el antiguo consejo de administración de la compañía pública ADIF contrató en marzo de 2020 con Soluciones de Gestión, la empresa de la presunta trama de corrupción conocida como caso Koldo, pese a la desaprobación de algunos departamentos internos de la propia compañía.