El Banco de España calcula que los proyectos financiados con los fondos europeos de recuperación contribuirán al crecimiento del PIB en 2021 en 1,3 puntos porcentuales, la mitad de lo que prevé el Gobierno, y en 0,2 puntos de promedio en 2022 y en 2023.
Lo más importante: el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Óscar Arce, ha explicado que el multiplicador de estas inversiones se ha calculado en un 0,8 de promedio para 2021 y algo superior, pero por debajo de 1, en el horizonte de 2023. El multiplicador de 2021 indica que por cada euro gastado en estos proyectos, el PIB mejorará en 0,8 euros.
La entidad ha actualizado este viernes sus proyecciones macroeconómicas para el periodo 2020-2023, que incluyen por primera vez el impacto de los fondos europeos y que son similares a las presentadas en septiembre, aunque con un peor arranque para 2021 por la ralentización del ultimo trimestre de 2020 y con la previsión de que el nivel de PIB previo a la covid-19 se recupere a mediados de 2023.
Las proyecciones vuelven a plantear tres escenarios (suave, central y severo), tras reducirse a dos en septiembre, bajo la premisa común de que la fuerte contracción del PIB en 2020 iría seguida de una recuperación relativamente intensa en los tres años posteriores, aunque la crisis dejará efectos persistentes sobre los niveles de actividad. La caída del PIB en 2020 sería del 10,7%, 11,1% y 11,6% en los escenarios suave, central y severo, de los que el Banco de España señala el central como el más probable.
El escenario central prevé nuevos rebrotes en los próximos meses de similar intensidad a los actuales con medidas de contención parecidas a las vigentes actualmente, con un impacto sobre la actividad limitado —más directo para el ocio y la hostelería— y con la previsión de que la vacuna permita en 2021 una reducción gradual de las medidas hasta su desaparición plena al inicio de 2022.
Para 2021 la entidad prevé que la economía repunte un 6,8% en el escenario central, cifra que se elevaría al 8,6% en el escenario más favorable y se reduciría al 4,2% en el más adverso.
El nivel del PIB previo a la COVID-19 no se produciría hasta mediados de 2023 en el escenario central, mientras que en el severo se situaría todavía al final del horizonte de proyección un 2,8% por debajo de la cota de finales de 2019, y en el escenario suave se alcanzaría entre finales de 2021 y comienzos de 2022. Hace solo unos días, la OCDE publicaba que la economía española no recuperaría sus niveles pre-COVID hasta al menos 2023.
El Banco de España destaca que los avances anunciados en el desarrollo de las vacunas suponen una moderación de la incertidumbre en comparación con las proyecciones de septiembre, aunque los riesgos para el crecimiento del PIB estarían «moderadamente orientados a la baja», ante las dudas de que la evolución epidemiológica sea más adversa.
También hay incertidumbres en torno a la materialización efectiva de los fondos europeos, su implementación, el volumen de recursos movilizados, su distribución temporal y su efecto multiplicador sobre el conjunto de la economía. Además, existen dos factores de riesgo de naturaleza geopolítica ajenos al área del euro, como son el desenlace y consecuencias de las negociaciones del brexit y las políticas económicas de la nueva administración estadounidense sobre los intercambios comerciales.