El Brexit reabre la disputa por Gibraltar
El Brexit ha dejado en un limbo legal a la colonia británica de Gibraltar. Si históricamente la Unión Europea se ha mantenido en una precavida posición neutral sobre la soberanía del Peñón para no echar leña a un fuego que enfrentaba a dos de sus Estados miembros, la salida de Reino Unido del club comunitario ha hecho inclinar la balanza a favor de España. En el texto que Theresa May envió a Europa solicitando el divorcio no se mencionaba el estatus del Peñón, pero este sí está presente en la respuesta enviada por el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk. E implica que la futura situación del Peñón no la decidirán solo Bruselas y Londres, sino que ha de contar con el visto bueno de Madrid. «Ningún acuerdo entre la UE y el Reino Unido se aplicará al territorio de Gibraltar sin un acuerdo entre el Reino de España y el Reino Unido», reza el texto.
El Brexit ha dejado en un limbo legal a la colonia británica de Gibraltar. Si históricamente la Unión Europea se ha mantenido en una precavida posición neutral sobre la soberanía del Peñón para no echar leña a un fuego que enfrentaba a dos de sus Estados miembros, la salida de Reino Unido del club comunitario ha hecho inclinar la balanza a favor de España. En el texto que Theresa May envió a Europa solicitando el divorcio no se mencionaba el estatus del Peñón, pero este sí está presente en la respuesta enviada por el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk. E implica que la futura situación del Peñón no la decidirán solo Bruselas y Londres, sino que ha de contar con el visto bueno de Madrid. «Ningún acuerdo entre la UE y el Reino Unido se aplicará al territorio de Gibraltar sin un acuerdo entre el Reino de España y el Reino Unido», reza el texto.
Es una de las «directrices» que los dirigentes de los 27 países que permanecerán en la UE deberán adoptar -aunque todavía pueden ser enmendadas- durante una cumbre europea el 29 de abril en Bruselas. Más allá de formalidades, la tensión entre la UE y Reino Unido hace que España gane puntos en este aspecto. «La Unión defenderá a sus miembros y eso ahora significa España«, ha afirmado un funcionario europeo, citado por el diario británico The Guardian. Esta posición supone un espaldarazo a los intereses del Gobierno de España. Ya el día posterior al referéndum, el entonces ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, se apresuró a celebrar las «perspectivas nuevas» que el Brexit brindaba: «La bandera española en el Peñón está mucho más cerca que lejos. Tenemos que tratar de aprovechar esta desgracia para sacar lo mejor posible», dijo en una entrevista con Onda Cero. El ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, no tardó en responder: «Gibraltar no pagará ningún precio de soberanía por el acceso a mercados a pesar de los comentarios de España». Pero Margallo mantuvo el pulso: «Pondré la bandera y mucho antes de lo que Picardo cree».
El actual titular de Exteriores, Alfonso Dastis, ha seguido en la línea de su predecesor, pero con un tono más tibio. Ya el miércoles dejó claro que, cuando Reino Unido salga de la UE, España no admitirá «ninguna disposición que perjudique» su posición sobre la soberanía de Gibraltar o que influya «grave y desproporcionadamente en los intereses económicos españoles». Mientras, Theresa May defiende la permanencia del Peñón en Reino Unido. «Hemos sido firmes en nuestro compromiso de no entrar jamás en disposiciones por las que el pueblo gibraltareño vería transferida la soberanía a otro Estado en contra de su voluntad», afirmó.
La voluntad de los gibraltareños fue permanecer en la Unión. Un 95,91% de los habitantes del Peñón votó «no» al Brexit. Pero el mismo entusiasmo lo ha mostrado también ante la idea de la cesión de su soberanía. En 1967, un 99,64% rechazó en las urnas tener «soberanía española de acuerdo con los términos propuestos por el Gobierno español». En un referéndum similar de 2002, un 98,48% votó en contra de la soberanía compartida entre Reino Unido y España.
En cualquier caso, la futura situación del Peñón no se decidirá de forma inmediata. Tras la activación formal del artículo 50 por parte de la primera ministra el pasado miércoles, la Unión Europea ha dejado claro al Reino Unido que primero se negociarán los términos de salida y se dejarán para más adelante las conversaciones que definan la futura relación de ambos bloques. «Solo cuando se haya alcanzado un progreso significativo en la salida podremos discutir el resto. Las conversaciones paralelas, como sugieren algunos en Reino Unido, no ocurrirán». Es decir, primero se decidirá cómo se rompe la relación de 44 años de Europa con Gran Bretaña y, en un segundo paso, se construirá una nueva. Eso incluye a Gibraltar, que fue ocupada por la alianza anglo-holandesa en 1704 durante la Guerra de Secesión. Finalmente, España cedió oficialmente la soberanía del Peñón a Reino Unido 1713, con el Tratado de Utretch, que estableció los términos que pusieron fin al conflicto bélico.