El príncipe Felipe, marido de la reina Isabel II, ha recibido este martes el alta médica y ha abandonado el hospital privado King Edward VII, en el centro de Londres, tras haber permanecido ingresado durante 28 días.
En contexto: el príncipe Felipe fue hospitalizado el pasado 16 de febrero para tratarse por una infección y dos semanas más tarde fue trasladado al centro médico de St Bartholomew, también en la capital británica, donde permaneció varios días para ser operado con éxito de un problema cardíaco.
El duque de Edimburgo, de 99 años, ha abandonado en un coche privado el centro hospitalario, después de que decenas de agentes de Policía bloqueasen las calles adyacentes para preparar la salida del convoy en el que viaja el consorte de la reina.
La salud del príncipe se ha visto deteriorada en los últimos años. En junio de 2017, fue hospitalizado dos noches a causa de «una infección relacionada con una patología existente» y en 2018 fue operado de la cadera.
Asimismo, en enero de 2019 sufrió un espectacular accidente cuando su Land Rover chocó con otro vehículo que salía de un sendero de la propiedad real de Sandringham. El vehículo del príncipe volcó, pero Felipe salió indemne del percance y luego renunció a su permiso de conducir. A finales de diciembre de ese año ingresó en el hospital King Edward VII y permaneció en observación «debido a problemas de salud preexistentes», según el palacio.
Isabel II, de 94 años, y su esposo recibieron en enero su primera inyección de la vacuna contra el coronavirus[contexto id=»460724″], en el castillo de Windsor, al oeste de Londres, donde siguen confinados.