El ELN admite el asesinato de un líder indígena en medio de los diálogos de paz con el Gobierno
El ELN, última guerrilla de Colombia, ha reconocido este domingo haber matado hace seis días a un líder indígena, siendo la primera violación al alto al fuego bilateral en medio de los diálogos de paz con el gobierno de Juan Manuel Santos. «Lamentamos profundamente el hecho y pedimos perdón por este doloroso caso a sus familiares y allegados», ha indicado en un comunicado el Ejército de Liberación Nacional (ELN, guevarista), sobre la muerte del gobernador indígena Aulio Isarama Forastero en el selvático departamento del Chocó (noroeste).
El ELN, última guerrilla de Colombia, ha reconocido este domingo haber matado hace seis días a un líder indígena, siendo la primera violación al alto al fuego bilateral en medio de los diálogos de paz con el gobierno de Juan Manuel Santos. «Lamentamos profundamente el hecho y pedimos perdón por este doloroso caso a sus familiares y allegados», ha indicado en un comunicado el Ejército de Liberación Nacional (ELN, guevarista), sobre la muerte del gobernador indígena Aulio Isarama Forastero en el selvático departamento del Chocó (noroeste).
El ELN ha sostenido que retuvo a Isarama, líder indígena de la provincia del Alto Baudó, para «investigarlo» por supuestos nexos con «la inteligencia militar». «Ya detenido y en camino al lugar del interrogatorio, el gobernador Aulio Isarama Forastero se niega a caminar y se abalanza sobre uno de nuestros guerrilleros, con el trágico desenlace conocido», ha agregado el boletín firmado por la Dirección del Frente de Guerra Occidental Omar Gómez, que opera en la zona.
El ELN ha afirmado que «en ningún momento se había impartido orden ni autorización para atentar contra la integridad física» del líder indígena y ha asegurado que realizará «un ejercicio de reflexión a todos los niveles internos para que hechos como este no se vuelvan a repetir». El reconocimiento del asesinato del gobernador constituye la primera violación del cese al fuego bilateral y temporal que rige desde el 1 de octubre hasta el 9 de enero, pactado por el gobierno y la guerrilla en el marco de las negociaciones de paz de Quito.
«Deplorable desde todo punto de vista. Y decepcionante», ha escrito en Twitter el jefe negociador del gobierno, Juan Camilo Restrepo. Restrepo ha solicitado una declaración del mecanismo de seguimiento y verificación del cese al fuego, formado por las partes, la ONU y la Iglesia católica, sobre el que consideró un «crimen repudiable».
El ELN reconoce asesinato del gobernador indígena del Choco. Deplorable desde todo punto de vista. Y decepcionante. https://t.co/3Az6hK12Bp
— Juan Camilo Restrepo (@RestrepoJCamilo) 30 de octubre de 2017
Isarama fue asesinado la noche del martes pasado después de que, según informó la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), cinco guerrilleros del ELN se lo llevaran de su comunidad. La guerrilla guevarista había dicho en un audio enviado a periodistas que investigaba internamente el caso.
La muerte de Isarama ha tenido lugar en medio de una oleada de crímenes contra líderes sociales en el país, que según la Defensoría del Pueblo de Colombia (ombudsman) ha acabado con la vida de 199 activistas en los últimos 22 meses. El gobierno de Juan Manuel Santos y el ELN, con unos 1.500 combatientes según cálculos oficiales, negocian para superar un conflicto armado que cuenta con más de cincuenta años.
Con los diálogos con el ELN el gobierno de Santos busca la «paz completa» tras la firma de un pacto con las FARC, que fuera la guerrilla más poderosa de América y ahora está desarmada y convertida en partido político. Además del ELN, en Colombia operan bandas criminales de origen paramilitar, disidencias de las FARC y narcotraficantes.