El extesorero del PP Luis Bárcenas afronta el juicio por la caja b del PP, causa que el mismo propició al airear en 2013 sus famosos «papeles» con la contabilidad opaca del partido, con un claro objetivo: colaborar con la Justicia a cambio de que él y, sobre todo, su mujer Rosalía Iglesias puedan adelantar su salida de prisión
La clave: la llave podría ser el artículo 100.2 del reglamento penitenciario, del que no solo se han visto beneficiados en algún momento los políticos condenados por el procés en su vodevil carcelario, sino también la extrabajadora de Gürtel, Isabel Jordán, condenada junto al matrimonio Bárcenas en la misma sentencia sobre esta trama de corrupción y con la que desde hace pocos meses el extesorero comparte abogado, Gustavo Galán. Este artículo permite flexibilizar la clasificación penitenciaria de los internos hasta el punto de poder salir fuera del centro a trabajar sin estar todavía en régimen abierto.
A él se le atribuye la iniciativa de la carta que ha dirigido Bárcenas a la Fiscalía Anticorrupción de cara al juicio sobre la caja b que comienza el próximo lunes y en la que manifiesta su «voluntad de colaborar con la Justicia» en las causas que afecten al PP, una vez que no se ha cumplido la promesa de que su mujer no iría a la cárcel y que, según él, se le hizo desde el que durante 20 años fue su partido.
Una estrategia, la de colaborar en las causas abiertas al PP y no solo en las que se ciñen a los procedimientos por los que se les enjuicia, similar a la empleada por la extrabajadora de Gürtel, que además está casada con Galán.
Jordán, tras ser condenada en Gürtel a una pena similar a la de Rosalía Iglesias -sentenciada a casi 13 años de cárcel-, manifestó ante la Fiscalía, con la que ya había comenzado a colaborar durante el juicio, su disposición a seguir esa senda en las causas relacionadas con la presunta financiación irregular del PP, como la de Púnica, en pos de mejoras penitenciarias que podrían poner en jaque a imputados como la expresidenta madrileña Esperanza Aguirre.
Todo apunta a que esta actitud le llevó a ser bendecida recientemente con el ansiado artículo 100.2, que permite gozar de un régimen penitenciario más flexible y combinar distintos aspectos de la semilibertad propios de un tercer grado.
Esa circunstancia no debió pasar desapercibida al extesorero, y en noviembre trascendía que estaba maniobrando en Fiscalía al margen del que hasta diciembre había sido su abogado desde 2015, Joaquín Ruiz de Infante.
El letrado tuvo que salir a desmentir haberse reunido con nadie en Anticorrupción para obtener algún tipo de beneficio para su cliente a cambio de sus confesiones sobre la caja b o la financiación irregular del PP, o haber «recibido instrucciones al respecto» por parte del extesorero.
Este desencuentro, que derivó en la renuncia de Ruiz Infante, dio vía libre a Galán para ejercer oficialmente como abogado de Bárcenas, y el 26 de enero éste firmaba en la prisión madrileña de Soto del Real la carta que este miércoles se hacía pública y en la que deja constancia por escrito de la nuevas revelaciones que hará en el juicio por la caja b y anunciando que también las hará en «las piezas que correspondan al fin de colaborar con la Justicia».