El Papa Francisco pide apoyo para proteger a los menores de los abusos sexuales

El Papa Francisco ha reconocido este viernes que la Iglesia Católica no ha hecho lo suficiente en los últimos años para proteger a los menores de los abusos producidos y por ello ahora «debe comprometerse profundamente». Francisco ha expresado esto al recibir a los participantes del congreso, promovido por el Vaticano, sobre los peligros creados por los abusos sexuales a menores edad en internet, que se ha celebrado estos días en la Pontificia Universidad Gregoriana; ésta ha sido una declaración conjunta en la que piden un gran esfuerzo a instituciones, gobiernos y empresas tecnológicas para poder combatir «el lado oscuro de este nuevo mundo».

«La dignidad de los niños en el mundo digital», es el nombre que lleva este congreso, que concentró en los últimos cuatro días a expertos, académicos, miembros de las fuerzas del orden, ONG, religiosos de varios continentes, representantes de Microsoft, Facebook y Google, y además este acto ha contado con la asistencia del secretario de Estado Vaticano, Pietro Parolin.

Hoy ante el Papa, una joven de 16 años, representante de la juventud amenazada por estos peligros, ha leído la declaración para combatir «el lado oscuro de este nuevo mundo, un mundo que permite una serie de males sociales que dañan a los miembros más vulnerables de la sociedad». Se reconoce que Internet proporciona un sin fin beneficios y oportunidades en términos de inclusión social y logros educativos, pero también existe el «el bullying cibernético, el acoso y la extorsión sexual, que se están convirtiendo en algo común, «así como la pornografía sin control».

«Como todos sabemos, la Iglesia Católica en los últimos años se ha cobrado cada vez más consciencia de que no hizo lo suficiente en su seno para la protección de los menores: han salido a la luz hechos gravísimos de los que hemos tenido que reconocer nuestra responsabilidad ante Dios, ante las víctimas y ante la opinión pública», subrayó. Es por esto que ha asegurado que «la Iglesia siente hoy un deber especialmente grave de comprometerse, de manera cada vez más profunda y con visión de futuro, en la protección de los menores y de su dignidad, tanto dentro de ella como en toda la sociedad y en todo el mundo»

El pontífice argentino ha explicado que la Iglesia no es capaz de trabajar sola, «porque sería evidentemente insuficiente» y por ello ofreció «colaboración activa y cordial a todas las fuerzas y miembros de la sociedad que desean comprometerse en la misma dirección». Por este motivo, los expertos pidieron a los líderes mundiales «que emprendan una campaña mundial de concienciación para educar e informar a la población acerca de la gravedad y extensión del abuso y la explotación de los niños del mundo y para instarles a exigir la acción de los líderes nacionales».

En este sentido, el Papa dijo que la Iglesia Católica se presta por completo al objetivo de «poner fin al maltrato, la explotación, la trata y todas las formas de violencia y tortura sobre los niños», esto es parte del contenido en el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible 2030. También se ruega a «los ministerios de salud pública del mundo y a los líderes de las organizaciones no gubernamentales para ampliar el rescate de los niños víctimas y mejorar los programas de tratamiento para las víctimas de abuso y explotación sexual», y a las instituciones pertinentes que «aboguen por la implementación de técnicas que impidan el acceso de niños y jóvenes a contenidos de Internet adecuados sólo para adultos».

«Sentirse mirado por los ojos de los niños es una experiencia que todos conocemos y que nos toca en lo más hondo del corazón» y «nos obliga a un examen de conciencia», ha expresado. Se pretende además emprender una «iniciativa mundial de sensibilización de modo que los ciudadanos en todos los países estén más alertas y sean conscientes del abuso y la explotación sexual de los niños y para que los impulsen a denunciar tal abuso o explotación a las autoridades competentes si lo ven, lo saben o sospechan», «trabajemos por tanto todos juntos para tener siempre el derecho, el valor y la alegría de mirar a los ojos de los niños de todo el mundo».