THE OBJECTIVE
Ricardo Dudda

Elogio de Desperate Literature

«Hay que cuidar proyectos como los de esta librería internacional de segunda mano en el centro de Madrid, que crean barrio de una manera cosmopolita»

Al mismo tiempo
Comentarios
Elogio de Desperate Literature

Desperate Literature.

En Desperate Literature, una estupenda librería internacional de segunda mano en el centro de Madrid, he comprado verdaderas joyas. La más especial, un ejemplar de Elizabeth Costello de J. M. Coetzee que perteneció a la actriz Geraldine Chaplin, y que todavía tenía los post-its y notas de su lectura. Compré una primera edición de The Black Prince de Iris Murdoch que compró un español en 1978 en Liverpool y que dedicaba a un matrimonio amigo suyo (un libro muy extraño para regalar a un matrimonio, ya que está lleno de parejas fracasadas). Un día encontré los Journals de John Cheever y no me los llevé y en mi siguiente visita ya habían desaparecido; todavía me arrepiento. En esa librería descubrí uno de mis libros favoritos, Old School, de Tobias Wolff.

A Desperate Literature va mucho estudiante internacional para comprar Homenaje a Cataluña (ellos) y Normal people de Sally Rooney (ellas). Me irrita un poco el turista anglosajón que visita un país no anglosajón y va a una librería… anglosajona; siempre le he tenido un poco de manía a Shakespeare & Company en París, una librería inglesa en una ciudad tan llena de buenas librerías francesas. Pero Desperate Literature no es solo una librería boutique para post-adolescentes de intercambio, sino que tiene un fondo interesantísimo de literatura en inglés, lleno de curiosidades y primeras ediciones, y donde siempre he encontrado algo interesante a precio baratísimo. Y, sobre todo, tiene libreros que saben lo que tienen, que te hablan con entusiasmo de sus nuevas adquisiciones, y que siempre están leyendo (el librero que lee junto a su caja registradora es mi tipo de dependiente favorito).

«El único motivo por el que se les acusa de gentrificación es que son extranjeros»

Ahora Desperate Literature está pidiendo dinero porque un fondo de inversión les echa del local (ha comprado todo el edificio para hacer viviendas turísticas) que han ocupado los últimos diez años, cerca de Ópera, y tienen que buscarse otro sitio. En una noticia reciente sobre su expulsión, aparecen varias acusaciones de gentrificación. Es algo ridículo. Si los dueños de Desperate Literature realmente hubieran querido hacerse de oro en una zona tan cotizada no habrían abierto una librería de segunda mano donde suena folk y jazz, sino que habrían abierto, qué se yo, un locker para guiris o un local de batidos por seis euros. También es interesante el uso del concepto gentrificación en una zona como la de Palacio; no se puede gentrificar lo que siempre ha sido privilegiado. Las mercerías de barrio no van a volver; mejor una librería bonita y cuidada que una trampa para turistas.

Los dueños dicen que ya han encontrado otro espacio, en Cava Baja, en el barrio de Latina, y que el dinero que piden por crowdfunding es para reformarlo (de nuevo otra acusación de gentrificación; el local era una frutería que cerró por la pandemia y hay gente acusando a la librería de ser la responsable de echarles). El único motivo por el que se les acusa de gentrificación es que son extranjeros. Los conceptos librería de segunda mano y gentrificación no pueden ir de la mano. En una época en la que Madrid se ha convertido en la capital del capital extranjero especulador, hay que cuidar proyectos como los de Desperate Literature, que crean barrio de una manera cosmopolita.

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D