THE OBJECTIVE
Nestor Barreira

Anastasia Steele, ven a salvarme!

Qué poca imaginación debíamos tener en la cama, ¡coño! Unas por necesidad, otros por falta de imaginación.

Opinión
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Qué poca imaginación debíamos tener en la cama, ¡coño! Unas por necesidad, otros por falta de imaginación.

Grey llegó a nuestras vidas para enseñarnos que otro tipo de sexo existe. Nada nuevo quizás pero los estereotipos han “aniquilado” desde hace mucho la poca imaginación en la cama que teníamos los hombres y han dormido en la “conformidad” a buena parte de las mujeres.

Míster Grey llega y dice: una corbata, medio kilo de cuerdas,  un dinerito en velas, compra un champagne decente, ¡no seas cutre!. Cúrrate las historias y búscate la vida. Acudimos embobados a un vapuleo como amantes como nunca antes nos dieron. Ese tipo seco, rico, bien vestido, que hace de la ignorancia del resto una ventaja para él.

Imaginaos cómo fue eso. Millones de mujeres buscando su Grey. Todas a una. Millones de Whatsapp de “por qué capítulo vas”, si “me dejas el segundo libro”. Las más avezadas se habían comprado el tercero y esa misma noche lo habían devorado. Sólo el libro.

Qué poca imaginación debíamos tener en la cama, ¡coño!. Unas por necesidad, otros por falta de imaginación.  Es cierto que la pornografía e internet mataron la pasión de nuestra generación (70, 80) desde hace mucho tiempo y resulta que ahora cosas como “Enmanuelle” o noches de cabaret de hace 30 años como las del Scala se pondrán y deben ponerse nuevamente de moda.

La directora de cine Erika Lust nos dio una colleja a los “machotes” mucho antes que el Señor Grey.  Que los tíos en la cama cero patatero. Que qué era eso de pegar cachetazos, agarrar de los pelos y hacer no sé qué “temeridades” porque lo veíamos en las pelis. Que sólo nos gustaba a nosotros. ¡Toma! ¡Nuevo hostión!. Cero en educación sexual y cero en pasión. 

Grey ha llegado a nuestras vidas para convertirnos en nuevos amantes. Muchos confiaban en que se había ido. No hijos, no. Vuelve. Sed como queráis pero si un tipo como este ha hecho temblar los cimientos de nuestros edredones solo digo una cosa: ¡Que Anastasia Steele venga a salvarnos a nosotros!. Las cuerdas y todo eso en Leroy Merlin. El resto no se compra.

 

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