THE OBJECTIVE
Aloma Rodríguez

Caballos de trabajo

«En la vida en la carretera, dice uno de los personajes, no hay grandes despedidas, está marcada por las estaciones, como el trabajo, y siempre existe la posibilidad del reencuentro en el camino»

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Caballos de trabajo

Nomadland, la película de Chloé Zhao producida y protagonizada por Frances McDormand, introduce un personaje ficticio, Fern (McDormand) que sirve como guía emocional para confeccionar una ficción que se basa en un libro-reportaje de la periodista Jessica Bruder, que pasó tres años viviendo en furgoneta, como los protagonistas de las historias que cuenta. Algunas de esas historias se recuperan en la película, con modificaciones, y los protagonistas se interpretan a sí mismos en muchos casos. En una aproximación superficial del libro me ha parecido que carga más las tintas sobre los temas políticos que la película.

El guion de Zhao hace referencia a las razones de que muchos de quienes retrata se hayan echado a la carretera con un hogar rodante para seguir el trabajo como nuevos temporeros, o como nuevos pioneros: en muchos casos, la crisis económica está detrás, en otros, está la sensación de que el sistema les ha fallado y tras exprimirlos, como a los caballos de trabajo, los deja abandonados y con una pensión que no les permite mantenerse. En algunos casos, lo que prima es la decisión de vivir una vida plena, no esperar a la jubilación, en el mejor de los casos. La película es sobre todo Frances McDormand, que está espléndida también cuando escucha los relatos de los otros y hasta bañándose desnuda en un río. No hay idealización de esa vida nómada, tampoco se regodea en las condiciones duras de esa vida sobre ruedas. Es un retrato bastante humano y completo de esa vida, donde el paisaje es un personaje más.

Esa nueva vida es solitaria y tiene algo de utópica –una nueva economía y una nueva manera de relacionarse en la que la idea de tribu es importante–, y también tiene resonancias del pasado: son los nuevos pioneros, como ellos, estos supervivientes están a la espera de algo mejor. Escribe Jessica Bruder en el prólogo a País nómada (Capitán Swing, traducción de Mireia Bofill Abelló): “La vida en carretera ofrece esperanzas. Es un subproducto de un impulso de progreso. La intuición de una oportunidad, tan amplia como lo es el país. Una convicción profundamente arraigada de que el futuro deparará algo mejor. Una oportunidad que aguarda a la vuelta de la esquina, en la población siguiente, en el próximo trabajo temporal, en el próximo encuentro casual con una persona desconocida”. No esperan el porvenir con ansia y mientras eso llega, están decididos a vivir en el presente, a convivir con sus recuerdos y a saber desprenderse de todo menos de lo imprescindible. En la vida en la carretera, dice uno de los personajes, no hay grandes despedidas, está marcada por las estaciones, como el trabajo, y siempre existe la posibilidad del reencuentro en el camino.

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