THE OBJECTIVE
Pablo de Lora

(De)construyendo a Sánchez

«Puedo hablar de prospectiva, de escenarios de complejidad e incertidumbre a medio y largo plazo, hacer altisonantes predicciones con rotundidad pétrea aunque no hayamos sido capaces de anticipar anteayer lo que podía pasar hoy mismo ni poner en marcha plan alguno ni prever casi nada»

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(De)construyendo a Sánchez

zipi | EFE

(Ya entro en escena, con este porte de alero de Los Angeles Clippers, y se ilumina el estrado justo cuando me quito la mascarilla y mi sonrisa refulge y llena a todos los españoles y a todas las españolas de esperanza… Cómo no me van a aplaudir diga lo que diga… Y suspiro, cómo no voy a suspirar siendo).

Buenos días a todos y a todas, gracias por venir a este acto en el que se encuentran presentes representantes de lo que viene siendo el conjunto de la sociedad civil, del mundo empresarial, del mundo económico (y el que viene siendo también el simpático y locuaz pianista James Rhodes, le guiño el ojo…Qué grande).

Venía recordando cómo la última vez que comparecí en esta misma Casa de América (hace dos años, «Avanzamos», vinieron «Los Javis», qué figuras, y hablé de una década perdida y de regeneración, de la lucha contra la pobreza infantil y prometí reformar la Constitución en 60 días para acabar con los aforamientos… Caray, pasó el tiempo volando) me dirigí entonces, decía, a los españoles y españolas 100 días después de asumir la résponsabilidad como presidente del gobierno (voy a pronunciar muchas palabras largas siempre como esdrújulas: tránquilidad, séguridad, nécesidad… Y mis pausas, inesperadas, prolongadas, sedativas, harán de lo banal oro proposicional).

Hoy, decía, me dirijo al conjunto de la sociedad española para lanzar un mensaje, en nombre del gobierno, de los ministros y de las ministras, y de mi persona, un mensaje, decía, de tránquilidad y una llamada a la únidad, a la máxima únidad. Juntos podemos.

Podemos juntos. Tenemos que afrontar este reto que nos ha colocado este virus[contexto id=»460724″], lo que viene siendo la pandemia que tanto ha afectado a nuestros hogares, al conjunto de nuestros mayores y de los niños y de las niñas, a la vida cotidiana (de la pandemia y sus efectos nadie es responsable, y yo menos, y la pandemia ha sido y es algo imprevisto y de dimensiones enormes, en consecuencia usaré algunos de los diálogos de ‘El despertar de la Fuerza’, una de mis favoritas de la saga de ‘Star Wars’).

Los seres humanos no siempre elegimos las circunstancias en las que queremos vivir.

En las que queremos vivir en el planeta.

La Tierra es única en el conjunto planetario, pero un acontecimiento singular, lo más importante en términos históricos de los últimos cien años, ha afectado al conjunto de sociedades de la Tierra, revelando, nos lo dice la CIENCIA, que somos una única humanidad. El virus afecta a todos los gobiernos y en consecuencia a todos los países. Nos lo dice, nos lo recuerda el Doctor Simón. Pero no hemos dejado ni dejaremos a nadie atrás para ganar este desafío y para eso hemos construido un escudo social, para juntos enfrentar este reto (diré mucho otras palabras con «r» como «récuperacion» pero sobre todo «résiliencia» y también «agenda», «década», «eje», «óportunidad», «ventana» y «emergencia». Que sólo se haya podido tramitar el 4% de las solicitudes del Ingreso Mínimo Vital, que lideremos en la caída del PIB, en destrucción de empleo en Europa, o que nuestras cifras de contagios y fallecimientos sean comparativamente tan pavorosas, no impide que pueda pontificar sobre grandes desafíos y el progreso, lo que a mí me gusta, jugar en la NBA de la política, la que a mí me corresponde; repetiré, con la convicción granítica que permite mi mandíbula: «No les quepa la menor duda»).

No les debe caber la menor duda de que este desafío nos ofrece una oportunidad, una ventana de oportunidad que podremos aprovechar. No es la primera vez que España se enfrenta a un reto mayúsculo y no será la primera vez que los españoles y las españolas muestren su resiliencia. Nos enfrentamos a una emergencia que marcará la agenda para una década, pero gracias a que en esta ocasión Europa sí ha decidido salvar a Europa, movilizando (voy a susurrar: cien-to-cua-renta-MIL-MI-LLO-NES) 140.000 millones de euros España también podrá en el largo plazo sostener un 2% de crecimiento económico.

Un crecimiento que será inclusivo (otro susurro).

Pa-ra-no de-jar a na-die atrás (yo hablo siempre del ahora y del futuro, sobre todo del 2030 o más allá, y el pasado, o sea hace diez minutos, no importa salvo para mencionar los recortes y la corrupción de Rajoy, la guerra civil y la dictadura de Franco. Nada de lo menudo es relevante y nada de lo que haya dicho puede trascender al momento fugaz de mi pronunciamiento, un cuanto que se dispersa como la luz. Puedo hablar de prospectiva, de escenarios de complejidad e incertidumbre a medio y largo plazo, hacer altisonantes predicciones con rotundidad pétrea aunque no hayamos sido capaces de anticipar anteayer lo que podía pasar hoy mismo ni poner en marcha plan alguno ni prever casi nada. ¿Se acuerdan del comité de expertos? A posteriori, lo que yo dijera se disipa porque tiene la densidad de la atmósfera de Saturno. El a posteriori lo capitaneo siempre yo).

Hace dos meses os comuniqué que salíamos más fuertes (y os invité a visitar las maravillas del conjunto de nuestro patrimonio cultural y natural y hoy hago zas y aparezco a tu lado y te digo que te has relajado. Pero diré: «Plan Nacional de Récuperacion, Tránsformación y Résiliencia»). Y juntos, codo con codo, lo estamos consiguiendo y alcanzaremos la senda que este país se ha ganado gracias a un Plan Nacional de Récuperacion, Tránsformacion y Résiliencia (nada del baratillo de la gestión de las cosas ordinarias, reformas en el mercado laboral, si subirá o no el IVA, o si habrá más impuestos a la banca, cómo pagaremos las pensiones a partir de ahora o cómo enjugaremos el déficit). Un plan que debe contar con todos para ganar la década y nuestro futuro para el conjunto de la ciudadanía (hace dos años, aquí mismo, hablé de una década perdida, he insistido en que jamás haría un gobierno de coalición con «la derecha», pero hoy puedo hablar de estar juntos codo con codo y loar nuestros fundamentos económicos).

En consecuencia, eso significa una agenda progresista de un gobierno, el que los españoles y españolas nos pidieron, y repetidamente, de-pro-gre-so (¡Tacháaaaan! In your face; y ahora una nube de términos: «dígitalizacion», «transición ecológica», «cohesión territorial»…Y por supuesto «feminismo»…Y voy a concatenarlo todo diciendo varias veces «en consecuencia» en un párrafo final luminoso… Veo que James ya cabecea, los artistas se acuestan tarde… Qué figura).

Cuatro ejes. Esta crisis sanitaria nos ha hecho aún más conscientes del alcance de la emergencia que viene siendo la emergencia climática, de la necesidad de una transición ecológica justa. La pandemia ha cargado sobre las espaldas de las mujeres el peso de los cuidados. En consecuencia tenemos que avanzar en la agenda feminista. Esta pandemia ha aumentado las posibilidades del trabajo a distancia, lo que viene siendo la dígitalizacion. Una España digital es una España más cohesionada térritorial y socialmente. En consecuencia, una España digital propicia una España feminista que transita ecológicamente en lo territorial hacia una cohesión verde con más justicia social. Muchas gracias.

(Nos aplaudimosqué figura).

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