THE OBJECTIVE
Marta Garcia Bruno

Insectos hormonados

Una mujer delgadísima, guapísima y todas las “ísimas” se come un Magnum tan tranquila. Y así todas las marcas. Ella sabe, todos sabemos, que salvo que te comas uno en todo el verano (poco probable) garantizar esa figura es cuestión de mucho verde.

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Una mujer delgadísima, guapísima y todas las “ísimas” se come un Magnum tan tranquila. Y así todas las marcas. Ella sabe, todos sabemos, que salvo que te comas uno en todo el verano (poco probable) garantizar esa figura es cuestión de mucho verde.

Lo que antes era un manjar ahora es veneno para la salud. Lo que antes era alimento de guerra es hoy producto indispensable para vivir cien años. Y a estas alturas el ser humano vive perdido entre libros de autoayuda, dietas milagro y anuncios que sólo se han hecho para dañar lo más profundo del ser. Una mujer delgadísima, guapísima y todas las “ísimas” se come un Magnum tan tranquila. Y así todas las marcas. Ella sabe, todos sabemos, que salvo que te comas uno en todo el verano (poco probable) garantizar esa figura es cuestión de mucho verde.

Buscar la mejor manera de no acabar intoxicados, o al menos eso nos venden, puede perjudicar seriamente su salud. La dieta macrobiótica, vegana, vegetariana, el ya vapuleado método Dukan. Después de hacer un profundo estudio de todos ellos, pueden pasar dos cosas: o que lo llevemos a rajatabla y el médico alerte de la ausencia de todo tipo de vitaminas y entonces uno no sepa qué comer, o que no nos creamos nada. Porque ahora lo último es evitar comer pollo hormonado, ternera intoxicada y mala para el corazón, lo mejor es no cocinar los alimentos para conservar sus nutrientes; evitar el pescado lleno de mercurio, y ya hasta dudamos de la fruta, que está llena de herbicidas y otros tantos químicos. Lo mejor es comprar productos ecológicos, que valen por cierto el triple.

Existe un estudio muy interesante y que me creo dadas las estadísticas que se fija en los japoneses de Okinawa y que viven más de cien años. Los habitantes de Ogimi viven tranquilos, tienen huertos del que recogen verduras que ni en la zona gourmet encontraríamos el resto y comen despacio, sin prisas. En un documental lo comparaban con el frenético ritmo occidental y que con catastróficas consecuencias se estaba colando en la cultura japonesa. Vaticinan los médicos que los hijos de ese consumismo exacerbado no llegarán a viejos. Es muy alentador. ¿Quién come hamburguesas todos los días?

La conclusión de esta moda verde es que no todos pueden seguirla, que ojalá todos tuviéramos huertos que poder cuidar, y que así fuera acabaríamos con la agricultura como tal. Ahora los científicos dicen que vamos a tener que comer insectos para que haya alimentos para todo el mundo. Esperemos que no les alimenten con hormonas.

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