Para evitar otra riada hacen falta obras, no políticas blandas
«Ojalá en Orihuela hubiéramos tenido hechas las infraestructuras hidráulicas que se proyectaron en los 80 y que a día de hoy seguimos esperando que se hagan»
Pueblo inundado de Orihuela en 2019. | Manuel Lorenzo (EFE)
Siempre hay personas oportunistas y manipuladoras que aprovechan cualquier circunstancia para sacar beneficio propio, pero cuando eso se hace en momentos trágicos -cuando los demás se encuentran en situación de vulnerabilidad por su extremo sufrimiento- que cada cual le ponga el calificativo que piense merece, pero desde luego mi opinión no puede ser peor.
Nunca olvidaré mi experiencia con la DANA de 2019 que asoló Orihuela y la Vega Baja. No se puede comparar con esta de Valencia, pero desgraciadamente entonces tampoco se actuó a tiempo.
Antes de continuar, dejaré claro que no es decente politizar estas circunstancias nunca. Son momentos más que nunca, de centrarse en servir y conseguir que todos sin excepción aporten al 100% de sus capacidades. Igualmente, quiero agradecer, como siempre he hecho desde el primer día, el apoyo que en todo momento tuvimos por parte del presidente de la Diputación Provincial, Carlos Mazón, y del presidente de la Generalidad Valenciana, Ximo Puig.
En Orihuela, el día 12 de septiembre de 2019, el equipo de gobierno del Ayuntamiento que tuve el honor de presidir, con el Concejal de Emergencias, Víctor Valverde, tenía los deberes hechos con varios días de antelación, desde que conocimos que había riesgo. Nadie nos avisó, NADIE. Que nadie intente ponerse flores que no les tocan. Atendiendo las declaraciones de alerta y los «informativos del tiempo», actuamos haciendo un simulacro con el Cecopal días antes como preparación, dada nuestra desgraciada y abultada experiencia en inundaciones sabíamos que debíamos «engrasar la maquinaria», organizamos todos los recursos humanos y materiales disponibles y decreté la suspensión de la actividad escolar. Insisto, todo ello con antelación a recibir notificación alguna de ninguna administración, incluida la autonómica de entonces.
Se esperaban grandes tormentas por la tarde, con riesgo de crecida del río Segura, pero a media mañana, sobre las 10:00 horas, nos vino un diluvio que, inesperadamente a mediodía, a través de barrancos y ramblas, arrasó todo a su paso, especialmente por la Rambla de Abanilla. Tampoco en esta ocasión nadie fue capaz de preverlo y nadie nos alertó, nadie había limpiado cauces ni barrancos (competencia y responsabilidad del ministerio a través de la CHS), nadie cerró vías de comunicación y carreteras que el agua destruyó y que no se llevó más vidas (dos fallecidos en Orihuela y siete en total) porque Dios no quiso. Inmediatamente, decreté alerta 2 para que se constituyera el Cecopi, de competencia autonómica, y se solicitara la intervención de la UME, el ejército (MOE) y demás recursos de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, así como de emergencias, TODOS… y todos respondieron de inmediato.
«Entonces también echamos en falta más presencia de la Confederación Hidrográfica del Segura y más información y coordinación»
A media tarde, se incorporaron el presidente de la Diputación, Carlos Mazón, y sobre las 19 horas, llegó el presidente de la Generalidad Valenciana, Ximo Puig. Compartimos momentos muy duros y, como antes he dicho, siempre les agradecí a los dos su presencia y su apoyo permanente durante la emergencia, a ellos y a todos los que intervinieron.
Tengo que reconocer que no les pregunté nunca por qué no vinieron antes, estoy seguro de que no vinieron antes porque tampoco en aquella ocasión, ni la Confederación Hidrográfica del Segura, ni la Aemet, ni ningún ministerio les advirtió de lo que venía, y no dudo que ellos tampoco lo sabían.
Entonces también echamos en falta más presencia de la CHS (como ahora de la C. H. del Júcar), y más información y coordinación por su parte. En cuanto a la Aemet, ni rastro, menos mal que contamos con Pedro Gómez, meteorólogo local, que nos aportó información muy valiosa permanentemente durante toda la emergencia.
Hubo fallecidos y no voy a repetir aquí los daños materiales, ni tan siquiera los pendientes todavía hoy por recuperar. Parece ser que en Valencia, gracias a las obras ejecutadas tras la famosa riada de 1957, con el desvío del Turia y la presa de Forata entre otras, se evitó que el daño fuera mayor. Ojalá en Orihuela hubiéramos tenido hechas las infraestructuras hidráulicas que se proyectaron en los años 80 y que a día de hoy seguimos esperando que se hagan. Si hoy hubiera otra lluvia igual, tendríamos el mismo desastre.
«Desgraciadamente, prevaleció la tendencia de políticos y ‘sabios’ cercanos al Gobierno valenciano a adoptar medidas blandas»
Tras aquella tragedia, nosotros como Ayuntamiento, con soporte de técnicos de la Universidad de Alicante, y buscando apoyos en la Unión Europea, propusimos esas obras de infraestructuras hidráulicas y que se hicieran cuanto antes, con ayudas nacionales y europeas.
La Generalidad Valenciana optó por organizar encuestas y consultas populares, comisiones de estudio, y medidas dilatorias de gente no cualificada para intentar convencernos de que la Vega Baja lo que necesita es acostumbrarse a las inundaciones, como si no tuviéramos ya bastante costumbre.
Desgraciadamente, prevaleció la tendencia de políticos y sabios cercanos al gobierno de la Generalidad Valenciana, que se centraba en criticar el urbanismo que todos han consentido, en adoptar medidas blandas, corredores verdes, islas pólders, y en promover la resiliencia en vez de tomar medidas que evitaran más desastres. Una vez más se daba prioridad a un falso respeto al medio ambiente, a costa de incrementar el riesgo de todos nosotros: «Hay que respetar las cañas y aceptar que vivimos en zonas inundables y ser resilientes». Para recuperar la comarca, se estableció el Plan Vega RenHace que como nos teníamos terminó en nada.
También entonces, como ahora hacen todos en Valencia, pedíamos que no se olvidara la DANA de Orihuela y la Vega Baja. Habíamos sufrido un drama extraordinario y teníamos una oportunidad única para hacer por fin todas las obras que llevamos esperando desde hace décadas, pero la realidad es que seguimos esperando. Confío que las autoridades, cuando cambien de criterio y decidan hacer obras, nos tengan en cuenta y no nos releguen «al final de la cola».
«La Aemet y la Confederación del Júcar tenían que haber pasado la información para prevenir la catástrofe y no lo hicieron»
Sin duda que los detalles son importantes, pero no son determinantes. Quizás es importante saber dónde estaba Pedro Sánchez durante todo el día 29; dónde estaba, y dónde está, Teresa Ribera, por supuesto dónde estaba Carlos Mazón ¡cómo no!, dónde estaba Marlaska, dónde estaba Margarita Robles, dónde estaba el presidente de la Confederación del Júcar, Miguel Polo, y el director de la Aemet. Pero siendo eso importante, no es lo determinante. Es importante que la consellera Salomé Pradas conociera el sistema ESAlert, pero lo determinante es que lo conocieran los técnicos que tenían que proponerle utilizarlo o directamente ponerlo en marcha y por supuesto que todos tuvieran la información adecuada y precisa.
Lo determinante, o todavía más que determinante, fue que la AEMET y la Confederación Hidrológica del Júcar, tenían que haber pasado la información necesaria para prevenir la catástrofe y no lo hicieron. Según escuché en un informativo nacional, la confederación que preside Miguel Polo, dice que no recuerdan bien si en una conversación verbal, dijo lo que estaba creciendo el Barranco del Poyo, aunque sí que mandaron un e-mail. Simplemente patético.
Lo determinante fue que los distintos ministerios y el presidente Sánchez a la cabeza (responsables porque o bien tenían la información, o bien falló todo hasta el más alto nivel), Teresa Ribera y el resto del Gobierno, tenían que haber movilizado todos los recursos disponibles para prevenir y atender la Emergencia NACIONAL (Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha, Andalucía y luego Cataluña) desde el primer momento y sin titubeo alguno, pero no lo hicieron.
Insisto en agradecer su presencia y colaboración a todas las Instituciones, SSMM los Reyes, Gobierno Central y Autonómico, Diputación Provincial, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y Fuerzas Armadas, Equipos de Emergencia y Protección Civil, personal y brigadas municipales, Cruz Roja, Cáritas y otras ONG, y especialmente a todos los voluntarios que se acercaron a ayudarnos y acompañarnos, así como a todos los que nos mandaron material y su apoyo desde otros puntos de España.
