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Cabecitas

«Sería más útil a la sociedad dejar que los sanchistas se acaben de freír en su sartén con el aceite hirviendo que se avecina, hasta su pura desaparición»

Notas de un espectador

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. | Europa Press

  • Félix de Azúa (Barcelona, 1944) es escritor, doctor en Filosofía y catedrático de estética. En junio de 2015 fue elegido miembro de la Real Academia Española.

Cuando yo estaba en el colegio y alguien nos insultaba, poníamos las manos sobre la cara con las palmas hacia fuera y repetíamos: «Soy un espejo, soy un espejo». De ese modo, por magia apotropaica, creíamos protegernos del chulo o matón de turno. El bullying, como se ve, es muy antiguo y las técnicas para combatirlo también. Las nuestras eran sencillas y, como las actuales, no tenían la menor efectividad, pero a los niños nos tranquilizaba pensar que el matón quedaba paralizado de terror.

El actual Gobierno de Sánchez ha descubierto esta vieja técnica y, aficionado como es a la ingeniería social, el presidente ha ordenado a sus empleados que la practiquen, en sustitución de la rancia técnica del «y tú más». Otro progreso. De modo que durante toda la semana pasada hemos asistido, entre divertidos y avergonzados, a la técnica del espejo practicada por dos ministros y ocho ministras. ¿Nos acusan de frívolos? Pues somos un espejo. ¿De corruptos? Somos un espejo. ¿De inútiles? Un espejo. ¿De analfabetos? Espejo. ¿Derrochadores? Espejito mágico. ¿Deberíamos estar en la cárcel? Lo mismo. La lista sería interminable y se la ahorro, pero no hay reproche del PP a los sanchistas que no lo hayan reflejado con su espejo mágico los (y las) sanchistas.

Como en nuestra infancia, esa técnica de hechicería tiene unos efectos más bien precarios, lo cual no impide que los medios nacionales de (des)información editen con grandes titulares: «La portavoz del Gobierno dice que Feijóo es…» y aquí viene el insulto especular, dando por supuesto que los insultos de esa señora pelicorta tienen un interés público extraordinario. En realidad, ella no porta ninguna voz, sino que es la voz quien la porta a ella, de modo que tanto la portavoz como todas sus compañeras se limitan a obedecer al jefe. Y es Sánchez quien ha dado la orden de ponerse las manitas delante de la cara con las palmas hacia fuera y repetir: «Soy un espejo, soy un espejo». Sólo de ese modo se explica la unanimidad y la monotonía de las intervenciones.

«El otoño se presenta mucho más chulesco y matón que nunca, pero no por los desdichados actores políticos, sino por las huelgas sindicales, el frío galopante sin calefacción…»

Este ha sido el último o penúltimo entretenimiento del verano. El otoño se presenta mucho más chulesco y matón que nunca, pero no por los desdichados actores políticos, sino por las huelgas sindicales, el frío galopante sin calefacción, las compras reducidas al mínimo en obediencia a los precios usurarios, la ruina de los hipotecados, las condiciones de archipiélago gulag en los colegios e institutos sin calderas y con las ventanas abiertas, el aumento exponencial de la criminalidad, o el arrasamiento de los campos quemados.

La verdad es que, si uno estuviera en la piel del señor Feijóo, Dios no lo permita, no me esforzaría mucho por tomar el poder justamente ahora. Creo que sería más útil a la sociedad dejar que los sanchistas se acaben de freír en su sartén con el aceite hirviendo que se avecina, hasta su pura desaparición. Cualquiera que herede las actuales condiciones del país tiene asegurado el dolor de cabeza para toda la temporada.

9 comentarios
  1. jesusmarzal

    «Soy un espejo», muy buena la referencia a los patios de colegio. Resulta todo tan infantil que cuesta creer. Acaso ¿hay algo más? ¿Algún proyecto de futuro serio que no sea ir sorteando encuestas con la ilegítima estrategia de hacer de oposición de la oposición? Solo que entretanto en los patios los ejemplos cunden y muchos se creen que eso es hacer política y que P.Sanchez es una especie de genio, del broncas que siempre gana, porque juega mejor a ese juego estéril. Seguramente es lo único que sabe hacer, dada la forma que llegó, pasaba por allí y se tiró al ruido, en un momento de descomposición institucional y de los partidos. No es ningún genio ni del bien ni de mal, lo que no significa que su acción gubernamental en general no sea tóxica, porque, aunque no los ha inventado, acostumbra (arrastra) a muchos a la mentira política , al juego cínico y opaco del poder y a un tipo de comunicación política falaz que nada constructivo aporta para el futuro de esta sociedad. Y su partido el PSOE, sin recambio, fascinado por el lamentable espectáculo. Tanto rollo de regeneración política para acabar en esto, patios de colegio y abusones.

  2. Marcos

    “sería más útil a la sociedad dejar que los sanchistas se acaben de freír en su sartén”
    No me fastidie don Félix, que seguro ha sido usted padre de un enano. ¿Le dejaría a su hijo pequeño la caja de cerillas en la mano? Pues aquí lo mismo. A estos tipos hay que sacarles cuanto antes la sartén de la mano porque al final, yo no sé si se freirán ellos, pero al igual acaban prendiendo fuego a la casa, mi casa, nuestra casa.

    BCN, cordialment

  3. Pinton

    Bien traida la analogía con el juego infantil.

    Por algo llevamos toda la legislatura con 22 infantes de baba que son incapaces de organizar lo suyo. Tampoco cuenten ni con ellos ni con sus equipos ante lo que nos trae el otoño. Harían bien en ir haciendo acopio de elementos de abrigo.

    Y también por algo llevamos toda la legislatura escuchando algunas voces desde la oposición reclamando una política de adultos. Tampoco confío en que les hagan caso está vez, aunque ojalá.

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