THE OBJECTIVE
Pilar Garcia de la Granja

Egipto: #lavergüenza

Egipto tiene a la mitad de la población islamista y la otra mitad laica. El ejército está siendo la única manera de compatibilizar ambas posturas y evitar un baño de sangre intentando la convivencia en libertad

Opinión
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Egipto tiene a la mitad de la población islamista y la otra mitad laica. El ejército está siendo la única manera de compatibilizar ambas posturas y evitar un baño de sangre intentando la convivencia en libertad

Se vendió como el primer ejemplo de la “Primavera árabe”, un movimiento panislámico en pro de la Democracia de estilo Occidental y de las libertades individuales. Llegó Hillary Clinton como Secretaria de Estado de EE UU en el primer mandato de Obama a El Cairo para dar por buena la “revolución” que terminó con Mubarak. Poco después, en la Universidad de El Cairo, el Propio Obama dio una clase magistral hablando de los lazos entre Oriente y Occidente basados en la incipiente democracia. Un año y medio después Mursi está en la cárcel junto a Mubarak y el ejército ha retomado el poder. Algunos inconscientes compararon incluso la Plaza Tahir con el Movimiento 15M de Madrid. Decía el Ministro de asuntos Exteriores egipcio en Nueva York que los occidentales pecamos de “naiffs”. Pensamos que la democracia es compatible con el Islam radical, y no es así. Egipto tiene a la mitad de la población islamista y la otra mitad laica. El ejército está siendo la única manera de compatibilizar ambas posturas y evitar un baño de sangre intentando la convivencia en libertad. Ese es su drama.

Las imágenes, machete en mano, de seguidores de los Hermanos Musulmanes, y de los pro-gubernamentales matándose en las calles del Cairo es la demostración fehaciente de que la Democracia tal y como la entendemos nosotros no es exportable a todo el mundo. No todo el mundo la quiere. Ni siquiera la entienden. 

Este fin de semana atentados en Irak, en Somalia, en Yemen, en Túnez y en Libia, guerra de guerrillas contra los cristianos en Filipinas acosados por los islamistas radicales con la aquiescencia de los “moderados”. Y los machetes campando por El Cairo. Ni todas las civilizaciones son iguales, ni todos los líderes salidos de las urnas son demócratas, ni todas las religiones son compatibles con nuestra Democracia.

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