Me gusta Munro, la escritora
Flota algo inquietante en su narrativa, una prosa cargada de poesía que consigue algo difícil: recordar meses y meses la lectura acabada
Flota algo inquietante en su narrativa, una prosa cargada de poesía que consigue algo difícil: recordar meses y meses la lectura acabada
Ya saben. No soy de “Día de….” o “Año de…”, como le sucede a Sandra Barneda, compañera en ‘El Subjetivo’. Tampoco creo que los Nobel sean la repanocha del reconocimiento. Muchas veces me han dejado a cuadros. Pero esta vez, el galardón concedido a Alice Munro me ha interesado. No por ser mujer. Sí por ser, según mi gusto, una escritora formidable. No soy experto en su obra. No soy crítico literario. Me gusta leer. Soy un raro que lee poesía. De Munro he leído tres libros. Los tres me cautivaron: “El amor de una mujer generosa”, “Demasiada felicidad” y “Mi vida querida”. Me enganchó porque percibí a una mujer que no hace literatura feminista, pero que te aboca al universo femenino, poliédrico, amoroso, y a la vez con un punto macho sin compasión en el amor. Escribe sobre mujeres y a veces he tenido la impresión de que el autor de la obra que leía era un hombre experto en el arte de amar, como entretenimiento intelectual.
Tengo la impresión de que Munro construye sus personajes tras una indagación detectivesca en la psicología de cada uno de ellos. Se mueve por los vericuetos de lo más íntimo y hondo de sus personajes. Flota algo inquietante en su narrativa, una prosa cargada de poesía que consigue algo difícil: recordar meses y meses la lectura acabada.
Escribió de ella Jonatham Frazen que todas sus historias eran la misma historia. Puede que sea cierto. Y eso tiene su mérito. Si fuera verdad, sólo los elegidos son capaces de reflejar de ese modo la vida con tanto arte. Porque la vida es una historia que se repite plagada de historias que son la misma repetida. Munro es una escritora de grandes personajes protagonistas de pequeñas historias. Y siempre he encontrado en sus textos algo de bravío, rebelde y heroico en historias que, finalmente, son fotografías de la vida corriente. Me gusta Alice Munro, la escritora. Más allá del Nobel.