Obamacare vs. exclusión sanitaria
Todo parece indicar que el viejo empeño de Hillary Clinton, el plan de asistencia sanitaria, verá finalmente la luz, si el lobby de quienes solo contemplan la sanidad como un negocio no lo impide.
Todo parece indicar que el viejo empeño de Hillary Clinton, el plan de asistencia sanitaria, verá finalmente la luz, si el lobby de quienes solo contemplan la sanidad como un negocio no lo impide.
En 2007, desde su atalaya mediática de la CNN, Larry King sentencióque «El principal objetivo político de todo presidente estadounidense consiste en lograr la reelección durante el primer mandato y pasar a la Historia en el segundo».
Sin embargo, las circunstancias particulares que convergen en torno al presidente Barack Obama propiciaron que su administración naciera libre de esta y otras ataduras. No necesitaba hacer nada más para ganárselo, ya estaba ahí.
Y aun así, desde el primer día, en su discurso de investidura dejóclaro que la Casa Blanca no era un trofeo, sino un instrumento para trabajar por una sociedad mejor; que el presidente estaba allípara ganárselo cada día; con un programa de gobierno que por momentos rozaba la utopía, especialmente en materia de libertades y derechos civiles.
Estamos en 2013: con un Obama inmerso en su segundo mandato, el Nobel de la Paz bajo el brazo, acostumbrado a gobernar en un contexto económico desfavorable, frente a una Cámara de Representantes hostil y un Senado amigo pero impredecible y poco dado a arriesgar…con el fantasma del cierre de gobierno todavía presente y en plena crisis de confianza con los aliados en política exterior.
Y en esa coyuntura, el antiguo senador por Illinois visita Boston, cuna de las reformas del republicano Mitt Romney en materia de extensión del derecho a la atención sanitaria —precursora del “Obamacare”, para emitir un mensaje nítido al pueblo americano: cueste lo que cueste, todo ser humano tiene derecho a la sanidad y el Gobierno de los Estados Unidos estáresuelto a hacer que ese derecho sea efectivo.
Todo parece indicar que el viejo empeño de Hillary Clinton, el plan de asistencia sanitaria, veráfinalmente la luz, si el lobby de quienes solo contemplan la sanidad como un negocio no lo impide.
Washington sigue siendo el escenario de complejos equilibrios, donde miseria y valentía se entrelazan, para dar —al menos—una oportunidad los más débiles. ¡Ojalátomaran buena nota en Madrid!