La cama de Rubalcaba
Un ácaro es como una centolla reducida por los recortes del Gobierno. Viven en nuestras camas sin haber sido invitados y sin pagar el alquiler
Un ácaro es como una centolla reducida por los recortes del Gobierno. Viven en nuestras camas sin haber sido invitados y sin pagar el alquiler
Un ácaro es como una centolla reducida por los recortes del Gobierno. Son insoportables los ácaros. Estos arácnidos microscópicos viven en nuestras camas sin haber sido invitados y sin pagar el alquiler. Según científicos de la prestigiosa Universidad británica de Kingston, defecan unas veinte veces al día. Los ácaros, no los científicos. Y lo hacen en nuestras sábanas. Estoy por dormir en el suelo a partir de hoy. La mentada institución académica ha concluido que una cama bien hecha proporciona a los ácaros las condiciones idóneas para vivir y reproducirse. Por eso aseguran que hacer la cama es malo para la salud. La noticia ha sido recibida con alborozo, especialmente en el colectivo de los adolescentes, quienes, a juzgar por sus costumbres, debían de sospechar hace tiempo que hacer la cama no conduce a nada bueno.
El estudio puede parecer una solemne estupidez. Incluso, puede que lo sea. Pero el caso es que Rubalcaba lo piensa repartir en la conferencia política que su partido celebra este fin de semana. Espera que así los suyos dejen de hacerle la cama.
Lo que queda del PSOE transita de un pasado imperfecto a un futuro indefinido, sin idea de cuáles son sus ideas. En la enésima reunión convocada para no hablar de primarias sólo se hablará de primarias, me temo. Y de la sucesión de Rubalcaba, que ha demostrado ser un segundo de primera y un primero de segunda. Los pasillos volverán a ser pasarela de candidatos a la sucesión. Habrá corrillos en torno a los socialistas de Cataluña, que ya se han independizado de los socialistas del resto de España. Y se murmurará sobre la encuesta del CIS que ha vuelto a hacer cisco las aspiraciones electorales socialistas. Como con los ácaros, no hay cama para tanto bicho.