Los extraños caminos del GOCE
Esto del explorador estable es raro. Es como un condestable dado a dejar sus predios para ver mundo
Esto del explorador estable es raro. Es como un condestable dado a dejar sus predios para ver mundo
Parece ser que, una vez terminada su misión, los restos del Satélite GOCE (Gravity Field and Steady-State Ocean Circulation Explorer, lo que viene a decir Explorador Estable del Campo Gravitacional y de la Circulación Oceánica, nada menos) están cayendo, no se sabe muy bien dónde, desperdigados por ahí, por Italia, si eso.
Lo siento, nunca puedo sustraerme al poder de los acrónimos. Y me estoy preguntando ¿dónde está el goce?, por otra parte como la mayoría de españoles. Ni se sabe, ni se le espera, y además tampoco está claro quién es el que goza con todo esto.
Es lo malo de las traducciones al descuido, como la que sufre la maravillosa canción ‘Parole, Parole’, interpretada por la italiana Mina (ya que estamos), que dice «Che cosa sei?», y que se encuentra con la respuesta de Pimpinela que lo traduce «¿Cómo eres tú?» o de la argentina criada en Nápoles Silvana de Lorenzo, que reza «¿Qué pasa, pues?», una forma como cualquier otra de confesar que es de Bilbao, en realidad.
Esto del explorador estable es raro. Es como un condestable dado a dejar sus predios para ver mundo. No me convence, aunque la traducción la dé la BBC. Pero lo dramático es el titular del Faro de Vigo del 31 de marzo (ojo, que lo han dicho los expertos): El campo gravitacional de la tierra tiene la forma de una patata. Eso lo explica todo, en realidad. Ahora bien, ¿de qué patata, en concreto? Porque las patatas no suelen ser tan similares entre sí como los huevos, por ejemplo.
Y si miran la foto más abajo, verán que el artista ruso Piotr Pavlenski ha clavado su bolsa escrotal (esperamos) al suelo de la Plaza Roja de Moscú en señal de protesta por la apatía del pueblo ruso. Lo llega a hacer en la Puerta del Sol estos días de huelga de limpieza y se lo come la infección… con patatas.
Uno no es que tema, como los galos, que el cielo caiga sobre nuestras cabezas, lo que teme es que la realidad caiga sobre su pensamiento, no sé si me explico.