Rob Ford #MuñecoCabezón
¿Cabe pensar que estamos necesitados de héroes ante tanto villano?
¿Cabe pensar que estamos necesitados de héroes ante tanto villano?
Confieso que nunca me dejará de sorprender la compra-venta de objetos a cada cual más extraño por Internet. Cierto es que muchos CoolHunters –cazadores de tendencias– se fijan en las subastas online, para determinar aquello que marcará estilo. El tele-tienda se queda corto con el abanico de posibilidades para almacenar o adquirir bizarros utensilios. ¿Quién querría el muñequito de un alcalde que ha confesado ser consumidor de crack en una noche de borrachera? Parece paranormal la pregunta tanto como incompresible su furor en eBay. El precio de la miniatura de Rob Ford, alcalde de Toronto, ha superado en 15 el original. ¿Razón? Agotados en las tiendas y reventa en Internet ¿Razón? No alcanzo a entender la gracia, confieso que jamás fui de las que se puso el famoso Elvis en el salpicadero de su coche, ni el perrito cabezón. ¿Cabe pensar que estamos necesitados de héroes ante tanto villano? Lo cierto es que el nivel es tan de muñecos que me da la sensación que se premia la sinceridad, aunque torpe y desafortunada. El alcalde de la mayor ciudad de Canadá se confesó ante todos sus ciudadanos: «Lo que hice estaba mal y admitirlo ha sido la cosa más difícil y embarazosa y que haya tenido que hacer. Siento como si me hubiesen quitado 1.000 libras». ¿Un símil creativo, desafortunado, torpe? Ford que, lejos de dimitir, aspira a la reelección en 2014, ha causado una reacción inmediata en sus ciudadanos. En pocas horas se agotaron sus «mini-yos», deseo pensar que, más como cachondeo que como nuevo ídolo de masas. Aunque estamos a un océano de distancia, aviso a navegantes que como esto de los muñequitos se ponga de moda como los cromos de picar, hay para varias colecciones. Hagan apuestas señores… ¿Quién sería de todos el muñeco más deseado? El mío empieza por…