El cinismo criminal del PP
«Gobierno fuera, elecciones ya» claman los portugueses por los recortes que se anuncian en los presupuestos para el año próximo. Recortes económicos, claro.
«Gobierno fuera, elecciones ya» claman los portugueses por los recortes que se anuncian en los presupuestos para el año próximo. Recortes económicos, claro.
«Gobierno fuera, elecciones ya» claman los portugueses por los recortes que se anuncian en los presupuestos para el año próximo. Recortes económicos, claro.
En Occidente, la izquierda y la derecha gritan sólo para pedir dinero. Es lo único en lo que están de acuerdo los comunistas patrios y esa especie de marca blanca del PSOE que es el Partido Popular –acertada definición de Kiko Méndez-Monasterio–. En cambio, para pedir que no se recorte la vida de los no nacidos aquí no grita nadie, callan todos como muertos, y usan los cadáveres de los niños como arma arrojadiza.
Vean a la cínica Alicia Sánchez Camacho diciendo que el partido de Albert Rivera, Ciutadans, no es de derechas y que está a favor del aborto. Hay que ser miserable para soltar algo así, cuando el Partido Popular, a pesar de que hace ya dos años que gobierna con mayoría absoluta, no ha tocado ni una coma de la actual ley del aborto. Ni una coma, cuando podía haber eliminado esa práctica criminal de España de un plumazo.
Cuando eran oposición Rajoy, Aznar, Cospedal y compañía se apuntaban a todas las manifestaciones en contra de esta ley que ahora no osan tocar. Y si al final deciden hacer algo –Gallardón últimamente juega a ser el abanderado de la causa provida– será para volver a la ley de los tres supuestos, la ley coladero que no impidió en absoluto la muerte de miles de no nacidos cada año.
Eso sí, algunos del PP van de católicos con una cara dura digna de mejor causa: la hija de Ana Mato hizo la Primera Comunión dos años seguidos, según un informe de Hacienda.
Mientras, el gobierno, a través de la propia Ana Mato, pide la retirada del libro «Cásate y sé sumisa» editado por el Arzobispado de Granada. Acabarán prohibiendo la Biblia, de donde está tomado el título de este libro…
Les pediría a los dirigentes populares que no usen el nombre de Dios en vano. Sería menos cínico por su parte invocar al gran arquitecto del universo, si es que pueden hacerlo fuera de las logias.