Empresas comerciales ¿Religión?
Al final se van a cumplir las especulaciones y la reforma sanitaria podría convertirse en el Katrina para Barack Obama si no cesan los contratiempos desde que la semana pasada entrara en vigor.
Al final se van a cumplir las especulaciones y la reforma sanitaria podría convertirse en el Katrina para Barack Obama si no cesan los contratiempos desde que la semana pasada entrara en vigor.
Al final se van a cumplir las especulaciones y la reforma sanitaria podría convertirse en el Katrina para Barack Obama si no cesan los contratiempos desde que la semana pasada entrara en vigor.
Lo cierto es que parecen crecerle los enanos y las cotas de confianza y credibilidad del alto mandatario caen en picado. La avalancha de problemas cibernéticos producto de la precipitación, la malas leguas opinan, y deseo de sacar la ley a cualquier precio, han puesto al descubierto los agujeros negros del nuevo sistema sanitario norteamericano que, como la sagrada familia, parece nunca acabar.
La Obamacare, como se la llama, ya forzó al presidente a dar la cara y confesar “que había perdido el control de la pelota” a la hora de poner en marcha ciertos aspectos tecnológicos. A esos tecnicismos de la modernidad se le unen preceptos tan antiguos como el de la religión.
La Corte suprema, a petición de dos grandes empresas, estudiará si valida que el gobierno pueda obligar a las empresas a proporcionar a sus empleados pólizas médicas que cubran gastos por anticonceptivos. ¿Pueden las empresas igual que los individuos ejercer la libertad de religión, protegida por la primera enmienda de la Constitución? En mi caso es de rotunda negativa pues, de ser aceptada la demanda no sólo dejaría a millones de mujeres sin acceso a anticonceptivos sino que abriría una peligrosa brecha para dejar sin tratamientos médicos, amparándose en la creencia religiosa y personal de los empresarios.
Supondría el principio del huracán en uno de los países donde más se ha mercadeado con la salud; muchos se ampararían en la fe, para limitar la cobertura del seguro médico y hacer negocio de ello. La Obamacare ha puesto entre las cuerdas al poderoso Lobby de las aseguradoras que presionan a ambos lados ( republicanos y demócratas) y buscarán nuevas sucias argucias para enriquecerse a precio de vidas.