El problema fue el acting
En la imagen de Fabrice Coffrini se observa, en primer plano, ese artefacto translucido en el que los mandamases de la cosa leen sus discursos…
En la imagen de Fabrice Coffrini se observa, en primer plano, ese artefacto translucido en el que los mandamases de la cosa leen sus discursos…
En la imagen de Fabrice Coffrini se observa, en primer plano, ese artefacto translucido en el que los mandamases de la cosa leen sus discursos. No hubo nada improvisado en la cagada. Todo estaba medido al milímetro. Como en un salto de longitud, hacia el ridículo. Para la revista Time es la séptima metedura de pata de políticos del año 2013. Aquí, en España, quizá sea la primera. Y ha cundido en las chanzas, hasta ya cansa el “relaxing cup of café con leche”. Uno sigue poniéndose más colorado que el traje de la alcaldesa al recordarlo.
Vaya por delante que el inglés no era tan malo. Los he escuchado peores. Creo que desde el punto de vista estético, y fonético, el problema fue de “acting”, que dicen los expertos. De tono. De sobreactuación. De entonación. De puesta en escena. De gestualidad. De mirada. De manejo de la sonrisa. De impostación. Para las coñas queda lo del inglés, pero a mi lo que me pareció peor fue el fondo del discurso. Esa vacuidad de las palabras pronunciadas que parece que le escribió un experto al que apoquinaron una pasta por el trabajo. Prefiero pensar que el tipo lo hizo adecuadamente y otro, u otra, de gratis, destrozó la obra del artista.
Y, por ser justos, los Juegos Olímpicos no se nos escaparon por esta escenita. El problema fue otro. Y respecto a la alcaldesa, sin duda 2013 no ha sido su año. Como no lo fue 2012. Diría que no nació para el cargo. Es lo que tiene nuestra política. Que a una, o a uno, le toca por ser quien es. Y en este plan. Y así nos va.
No dudo de las cualidades y la formación de Ana Botella. Las tiene, ambas. Pero su bagaje debió dedicarlo a otra actividad. En más de un trabajo, u oficio, no me cabe duda que habría hecho una labor hasta brillante. Pero el poder ofusca a muchos. Y les lleva por camino equivocado. No es la única. Estoy a la espera de una foto en este Objective para comentar más ejemplos. Gentes que por estar en el machito arruinan una trayectoria que, en otros lares, podía ser exitosa. La política es el reino de la piel de plátano.