Coalición. Esa extraña palabra
A veces las urnas pueden forzar el consenso político. Ese agotador ejercicio que, normalmente tanto les cuesta practicar a los grandes partidos.
A veces las urnas pueden forzar el consenso político. Ese agotador ejercicio que, normalmente tanto les cuesta practicar a los grandes partidos.
A veces las urnas pueden forzar el consenso político. Ese agotador ejercicio que, normalmente tanto les cuesta practicar a los grandes partidos. Los alemanes en cambio, han decidido con sus votos que dos grandes formaciones compartan gobierno, carteras y legislatura. Un escenario que en España es casi ciencia ficción.
Y es que una cosa es el bipartidismo y la alternancia PP-PSOE de la que “disfrutamos”, y otra muy distinta es que Génova y Ferraz puedan llegar a plantearse un gobierno de unidad a la germana ¿Se imaginan a Rubalcaba y Elena Valenciano compartiendo mesa de Consejo de Ministros con Rajoy y Soraya Sáenz de Santamaría? Francamente, yo tampoco, aunque quizás el experimento sea más necesario que nunca.
Lo confieso. No soy fan de las mayorías absolutas. Llámenme rara. Pero el tiempo ha demostrado que cuando un Gobierno se ve obligado a buscar apoyos, legisla mejor, o al menos lo hace de una manera más equilibrada. Lo contrario, nos lleva al escenario actual. Media legislatura perdida derogando y aprobando leyes que la oposición promete derogar una vez que llegue al poder y que, a buen seguro, le harán perder otra media legislatura cuando gobierne. Es el día de la marmota. Y así no hay quien avance.
Pero volvamos a Alemania. Veo la foto de Ángela Merkel jurando su tercer mandato y tomando las riendas del país con un gobierno que contará con seis ministros del Partido Socialdemócrata. Ni uno ni tres. Seis. Su máximo rival político será Ministro de Economía y trabajará codo con codo con el todopoderoso Wolfgang Schäuble. Casi nada. Sería algo así como tener a Rubalcaba de ministro de economía trabajando mano a mano con Montoro. Perdonen que me ría. Pero si hay batalla entre Luis de Guindos y Cristóbal Montoro, cómo vamos a plantearnos un ejecutivo de coalición.
En fin, que soñar es gratis. Aunque el consenso político o los gobiernos de coalición no deberían ser un sueño, sino una opción real para quienes nos representan.