La reconquista de Al-Andalus
Asusta en verdad la imagen de los cinco terroristas con sendos Kaláshnikov M-47 en el regazo y con el Corán en la mano.
Asusta en verdad la imagen de los cinco terroristas con sendos Kaláshnikov M-47 en el regazo y con el Corán en la mano.
Asusta en verdad la imagen de los cinco terroristas con sendos Kaláshnikov M-47 en el regazo y con el Corán en la mano. Son los combatientes de la III Guerra Mundial en curso, la que enfrenta al islamismo contra Occidente. En ese caso los terroristas o guerrilleros sueñan con reconquistar Al-Andalus, como si fuera un mandato del Corán.
En ese Occidente está primordialmente España, llamada un día Sefarad en la Biblia, es decir, el “labio occidental” del Mediterráneo. El hispanoárabe Ben Jaldún se refirió al territorio de Al-Andalus para designar al de Hispania. Al Norte se encontraba el margen de los levantiscos que llamó “gallegos”. Eran los que hablaban romance visigótico, más cercano al gallego que al castellano. Fueron los primeros que pararon la marcha portentosa de la invasión musulmana. Su arrojo salvó la civilización europea.
En contra de lo que suele decirse, Al-Andalus no es una voz arábiga. Se refiere al país de los visigodos, es decir, los germánicos. “Ándalus” procede de la voz germánica lander (= territorio), según el filólogo Damián Galmés. Perdón por este excurso léxico, pero es para señalar que resulta una patochada histórica que el territorio ibérico tenga que volver a ser musulmán. Es como decir que la catedral de Córdoba debe volver a ser mezquita. Por la misma razón podría ser una basílica visigoda y antes un templo romano y antes un santuario ibérico. Al final llegaríamos al dolmen. La Historia está formada por estratos superpuestos. No vale quedarse con uno solo, el que más le interese a uno. Menos legítimo es aún valerse del terrorismo para esa reivindicación, por muy “santa” que se pueda declarar esa guerra. También el ejército nazi tenía este lema “Dios con nosotros”, esto es, el de los cruzados.
