Las ciencias adelantan una barbaridad

A veces pienso si las ciencias adelantan a las letras. La tecnología es ciencia aplicada a cosas que, según se dice, nos hacen la vida más fácil

Eso es lo que le dice Don Sebastián, en La Verbena de la Paloma, a Don Hilarión, que sostiene que el aceite de ricino ya no es malo de tomar, se administra en pildoritas y el efecto es siempre igual.  Ya saben ustedes cuál.

A veces pienso si las ciencias adelantan a las letras. La tecnología es ciencia aplicada a cosas que, según se dice, nos hacen la vida más fácil. Pero eso también lo hace Moby Dick, si entendemos como facilidad el conocimiento.  Viene a cuento por el Especial Avances Tecnológicos.

Por ejemplo, el diente chivato que informa sobre lo que haces con la boca. Debería ser obligatorio para según qué políticos, porque si detecta el exceso de ingesta, no estaría mal que evaluara la calidad de las deposiciones, en el sentido jurídico del término. Las hay que pasarán a los anales, por hirientes y mentirosas.

Luego está Frank, el primer hombre biónico. Frank parece cabreado y eso que no es español. A lo mejor le molesta el apodo. Los científicos son muy confianzudos, a lo que se ve. Claro que Frank significa franco (con perdón) y puede ser que lo que le moleste sea tener los mondongos al aire. Imagínense a un político al que se le viera todo: eso sería ciencia ficción.

Se abunda mediante la autopsia digital, que permite no tener que abrir el cadáver para fisgar. Malas noticias para esos parlamentarios que se pasan la sesión inmóviles. Que me pregunto yo, a veces, cuando los veo durmiendo, si se encontrarán bien. Algunos están acostumbrados a llevárselo muerto, por otra parte, sin autopsia ni nada.

Y el mejor, el Mindflex. Capta las ondas de la mente (si las hay) y es capaz de reducir o aumentar el chorro de aire de un ventilador, lo que permite mover una bola a través de un circuito de obstáculos. Que no sabe uno para qué sirve eso, pero es que a lo mejor lo que hay es mucho pasa bola, con los ventiladores al mínimo, eso sí, no vayan a extenderse las deposiciones: esta vez, elijan ustedes a qué acepción corresponde la palabra, por favor.