Terrorismo contra la Navidad
La cristiandad más antigua se alojó en el difuso territorio que hoy llamamos Oriente Medio. Siglos después llegó la invasión musulmana, pero antes estuvo la hebrea.
La cristiandad más antigua se alojó en el difuso territorio que hoy llamamos Oriente Medio. Siglos después llegó la invasión musulmana, pero antes estuvo la hebrea.
La cristiandad más antigua se alojó en el difuso territorio que hoy llamamos Oriente Medio. Siglos después llegó la invasión musulmana, pero antes estuvo la hebrea. Abraham (el padre de las tres religiones monoteístas o del Libro) vivió en Ur, cerca de la actual Bagdad. Precisamente en ese lugar se perpetra en estos días la matanza de los terroristas contra los cristianos.
El terrorismo contra los valores occidentales y cristianos es hoy la auténtica III Guerra Mundial. Solo que se trata de una lucha solapada, sin ejércitos regulares, sin declaraciones de guerra ni de paz. Los cristianos de Oriente Medio, desde Egipto hasta Iraq, son el blanco fácil para esos ejercicios terroristas. Están en su territorio, lo que asegura la impunidad a los criminales. Adquieren más notoriedad, si cabe, cuando atentan contra los fieles cristianos en la celebración de la Navidad. Se rompe así una tregua de siglos.
Nos podemos imaginar la airada reacción de los países musulmanes si en Occidente, aprovechando el Ramadán, se asesinara masivamente a los asistentes a las mezquitas. Está claro que no hay simetría. Es más, en algunos Estados musulmanes ni siquiera se permite que se alcen iglesias cristianas. No se tiene en cuenta que, en esos países, las comunidades cristianas son muy anteriores en el tiempo al islamismo oficial. Al parecer, de nada sirve esa primacía histórica.
En los países occidentales no se ven muchas iniciativas de solidaridad con los cristianos del mundo musulmán. Sucede, además, que esas minorías cristianas suelen ser de gente humilde. Al menos quede como señal la minúscula protesta de este escrito. La suscita la visión del desamparo en que quedan los pobres cristianos iraquíes, los descendientes directos de Abraham, literalmente el padre venerable de hace unos 4.000 años. Se dice pronto.