El invierno de Amina
Amina Filali no ha podido contemplar el fin de una norma que truncó su corta vida. Tenía 15 años cuando un malnacido la violó.
Amina Filali no ha podido contemplar el fin de una norma que truncó su corta vida. Tenía 15 años cuando un malnacido la violó.
Veinte kilómetros no son nada. Es la distancia que muchos recorremos a diario para ir a trabajar. Pero incluso en distancias tan cortas pueden existir realidades absolutamente incomprensibles para la mayoría de nosotros. En esta ocasión hablo de Marruecos y de la polémica ley que esta semana ha dejado de avergonzar, al menos en parte, a nuestros vecinos del sur .
Durante el último medio siglo, si un violador desposaba a su víctima menor de edad, podía esquivar la pena de prisión. Él la evitaba, pero a cambio decenas de inocentes jóvenes eran encadenadas a una vida al lado de su verdugo. Nada cambia por casualidad, y en este caso también ha sido necesario el sacrificio de una víctima para que los resortes legislativos empezasen a moverse .
Desagraciadamente, Amina Filali no ha podido contemplar el fin de una norma que truncó su corta vida. Tenía apenas 15 años cuando un malnacido la violó. Lo que no sabía es que su calvario no había hecho más que empezar. Fue obligada a casarse con su agresor y poco después decidió quitarse la vida, entre otras cosas porque el violador se convirtió en esposo maltratador.
Su caso hizo correr ríos de tinta a este y al otro lado del estrecho, y abrió el debate sobre la necesidad de combatir la violencia contra la mujer en el país árabe. Dos años para borrar un párrafo. Dos años en los que decenas de “Aminas” han pasado a engrosar la estadística de la vergüenza.
Los impulsores de la reforma han celebrado a medias esta victoria. Y no es para menos. A la hora de la votación apenas una sexta parte de los diputados acudió al Parlamento. Un síntoma más de que la primavera árabe se ha tornado en invierno sin haber visto el verano.