Manifestantes inexpertos

Imposible distinguir estos manifestantes nipones de una chirigota de Cádiz. Mucho tienen que aprender. Viajes de estudios para japoneses al Gamonal ya.

Parece un feliz grupo de escolares celebrando la llegada de las vacaciones, cosa harto improbable al tratarse de japoneses. Ya se sabe, los nipones sólo se entusiasman en dos ocasiones: currando de sol a sol o en un tablao flamenco de luna a luna. Estos, los de la imagen, son jóvenes manifestantes exigiendo al Gobierno la creación de empleo. Si no lo afirmara el pie de foto, jamás lo habría creído. Tan avanzados que parecen los nativos del país del sol naciente y aún no se han enterado de que así no puede reivindicarse nada medianamente serio. Igual de inapropiado es acudir a un cóctel con traje de buzo que asistir a una manifestación sonriendo, y menos elegantemente vestido. Serán orientales pero están muy mal orientados.

Cabía esperar tamaña chapuza de protesta social en un lugar donde las huelgas consisten en trabajar más. Bobos. Para participar activamente en una concentración reivindicativa es imprescindible el atuendo adecuado. Zapatillas cómodas para correr delante -o detrás- de la Policía, sudadera con capucha -o pasamontañas- y mochila provista de otros complementos indispensables: piedras, botellas de gasolina y petardos. Otro distinguido elemento es la kufiyya. El pañuelo palestino otorga un notable poso intelectual a su portador, lo que le hace especialmente indicado a la hora de defender ideas a cabezazos.

Los japoneses tampoco usan pancartas, veo. Una manifestación sin pancartas es una gilipollez. La pancarta es la síntesis de la protesta, y los palos que la sujetan ofrecen múltiples usos cuando la Policía se empeña en molestar a los simpáticos participantes que ejercen su derecho a quemar contenedores o romper escaparates. Imposible distinguir estos manifestantes nipones de una chirigota de Cádiz. Mucho tienen que aprender. Viajes de estudios para japoneses al Gamonal ya. Resultados garantizados.