El ombligo del mundo
Por muy autosuficientes que intentemos lucir quienes habitamos en este mundo la NASA siempre se encarga de ponernos en nuestro lugar.
Por muy autosuficientes que intentemos lucir quienes habitamos en este mundo la NASA siempre se encarga de ponernos en nuestro lugar.
Está comprobado. Por muy autosuficientes que intentemos lucir quienes habitamos en este mundo la NASA siempre se encarga de ponernos en nuestro lugar. Nos guste o no. Se necesitaron 160 millones de kilómetros para intentar ubicarnos y lograr la imagen de La Tierra que más parece una partícula de polvo que otra cosa. Una pequeñísima luz casi imperceptible en un panorama oscuro e inmenso pero que se niega a desaparecer intentando brillar más que los demás. Todavía lo logra. No sabemos hasta cuando. A juzgar por lo que pasa en tiempos actuales tampoco parece que nos importara.
Somos tan pequeños. Lucimos tan insignificantes desde Marte. Convivimos con una sola perspectiva y nos perdemos el panorama completo. Creerse el ombligo del mundo es para muchos una actitud de vida. Nos contemplan las ganas de estar por encima de los demás. Para quienes apliquen ese infame comportamiento como conducta sería interesante conservar esta fotografía por siempre. Es más, invito a imprimirla y ubicarla en un lugar estratégico. Un lugar especial al que tengamos que volver nuestra mirada cuando nos sorprenda un ataque de soberbia. Luego de observarla por un par de minutos con detenimiento es muy posible que sin ninguna pretensión esta imagen nos ayude a ubicarnos en La Tierra, en la oficina, en la calle o en la casa. Mejor aún con las personas que nos rodean diariamente. También viven como nosotros en ese mismo lugar que se ha podido fotografiar desde Marte gracias al Rover Curiosity de la NASA. Hacen posible lo imposible. Vernos reflejados en un punto es un gesto al que honestamente me rindo.