Chirigotas
Lo confieso. Echo de menos el Carnaval. Siempre digo que Madrid lo tiene todo salvo dos cosas: playa y carnavales. Y, ojo, no es porque a los madrileños no les guste disfrazarse, pero prefieren hacerlo en Navidad y Halloween.
Lo confieso. Echo de menos el Carnaval. Siempre digo que Madrid lo tiene todo salvo dos cosas: playa y carnavales. Y, ojo, no es porque a los madrileños no les guste disfrazarse, pero prefieren hacerlo en Navidad y Halloween.
Lo confieso. Echo de menos el Carnaval. Siempre digo que Madrid lo tiene todo salvo dos cosas: playa y carnavales. Y, ojo, no es porque a los madrileños no les guste disfrazarse, pero prefieren hacerlo en Navidad y Halloween. Reconozco que es un fenómeno que nunca entenderé pero al que me he acostumbrado tras diez años en la meseta.
Este año el sábado de Carnaval me pilla en Valencia. Mientras escribo, abajo en la calle retumban las mascletás y por eso he decidido ponerme a cubierto. Creo que no hay peor sitio para alguien con pánico a los petardos que las Fallas, pero yo venía a un cumpleaños y no esperaba encontrarme en medio de esta orgía de pólvora y estruendo que se prolonga hasta la nit del foc.
Siempre recuerdo los carnavales con frío, por eso las imágenes de Tenerife o de Río de Janeiro me parecen de otra galaxia. Es una de mis tareas pendientes y algún día me quitaré la espinita. Prometido. Pero hasta que llegue ese día he de decir que en la península tampoco nos lo montamos mal. De Galicia a Cádiz hay Carnavales para todos los gustos.
Este año me quedo con la chirigota que ha ganado el Concurso Oficial de Cádiz parodiando al Gobierno de Mariano Rajoy. La casualidad ha querido que el certamen haya coincidido con el Debate sobre el Estado de la Nación. Ha sido realmente curioso zapear estos días y ver en el mismo telediario a Rajoy coronado como el vencedor del debate parlamentario y a este grupo de amigos recoger el premio a la mejor chirigota.
Qué quieren que les diga. Al menos por esta vez me voy a quedar con la parodia. Cantan bastante mejor, dan menos disgustos y no suben los impuestos.