Llegar a viejo
Alguien dijo que uno ha llegado a viejo cuando la tarta de cumpleaños parece un desfile de antorchas. Otro, que eres viejo cuando las velas de la tarta cuestan más que el pastel.
Alguien dijo que uno ha llegado a viejo cuando la tarta de cumpleaños parece un desfile de antorchas. Otro, que eres viejo cuando las velas de la tarta cuestan más que el pastel.
Alguien dijo que “uno ha llegado a viejo cuando la tarta de cumpleaños parece un desfile de antorchas”. Otro, “que eres viejo cuando las velas de la tarta cuestan más que el pastel”. El caso es que nadie quiere ser viejo, pero tampoco quieren morirse. Gran dilema. Yo creo que cumplir años es maravilloso. La alternativa, todos lo sabemos, es mucho peor. Claro que eso de cumplir años, tiene también sus inconvenientes. Woody Allen dijo en una ocasión que “a ciertas edades del hombre, si una mujer te dice que no, casi se lo agradeces.”
Todo esto viene a cuenta porque acabo de ver la cara de felicidad, o así me lo parece a mí, de Misao Okawa, una japonesa que acaba de cumplir 116 años. Como lo leen, 116. Y tan enterita que está la dama zampándose su tarta. Y no tiene inconveniente en confesar el secreto de su longevidad, comer sushi, dormir ocho horas cada día y aprender a relajarse.
Bueno, las dos primeras premisas no parecen tener gran dificultad. El sushi es rico y dormir ocho horas es bastante más de lo que yo duermo ahora. Pero es la tercera la que nos complica la existencia.
¿Cómo conseguir relajarse con la que está cayendo? Por si lo de Siria, Egipto, Afganistán y Sudán fuera poco, ahora hay que añadir a la lista Crimea. Soplan vientos de guerra por esa zona y las noticias, aunque contradictorias, no presagian nada bueno. Las imágenes que nos envían los corresponsales hablan de miedo y muerte. En casa, la corrupción que no cesa; tanto, que el personal ya está tan acostumbrado que escucha las noticias de los nuevos corruptos como quien oye llover, sabiendo que al final, no pasa nada. Aunque a veces, pasa. Esta semana ha entrado en prisión José María del Nido, presidente del Sevilla, condenado a siete años y medio. Algo es algo.