¡Feliz año nuevo!
Celebrar distintos años nuevos, según cultura, refleja la disparidad y complejidad de nuestro mundo que, se resiste a ser del todo global. Si hace poco, los chinos le daban la bienvenida al año del Caballo, hoy comienza el LOSAR tibetano
Celebrar distintos años nuevos, según cultura, refleja la disparidad y complejidad de nuestro mundo que, se resiste a ser del todo global. Si hace poco, los chinos le daban la bienvenida al año del Caballo, hoy comienza el LOSAR tibetano
Celebrar distintos años nuevos, según cultura, refleja la disparidad y complejidad de nuestro mundo que, se resiste a ser del todo global. Si hace poco, los chinos le daban la bienvenida al año del Caballo, hoy comienza el LOSAR tibetano, su año nuevo que coincide con el primer día del primer mes del calendario lunar. Comienza así hoy una celebración repleta de simbolismo de la victoria del bien sobre el mal que se prolongará durante quince días. Jornadas para la purificación llenas de tradiciones y rituales: limpiar el último día del año todas las casas; disfrutar comiendo las misteriosas bolas de pasta con ingredientes ocultos dentro de ellas como chiles, sal, lanas, arroz y carbón. Si una persona encuentra chiles es de alegre carácter y si encuentra carbón es de corazón negro. Tampoco puede faltar intercambiar los TASHI DELEC (buenos deseos) a familiar, vecinos y gente querida colocándoles alrededor del cuello las KATAS (bufandas de seda blanca) y augurándoles prosperidad para el año venidero. El Tíbet comienza su media Navidad, un periodo de relax y buenaventura, a la que sumarse. En esta complejidad multicultural, existe la mala costumbre de imitar lo pernicioso y dejar para cada cultura lo que en realidad es global: desearnos una buena vida, una feliz existencia. Esta tierra tan sagrada e injustamente maltratada, de una belleza embriagadora, celebra la llegada del caballo de madera en el XVII ciclo de 60 años de su calendario con enaltecimiento a la Sabiduría; el Caballo de Madera, un año sabio que nos ayudará a limpiar lo que nos es nocivo y a guiarnos a la armonía interior. ¿Debemos creer? A mi cualquier celebración de bien sobre el mal me da esperanzas, me renueva la fe en nuestra tierra tan sufridora de conflictos estériles e injustos. ¡Feliz año nuevo, pequeños sabios!
