El País Vasco

Escucho, no sin cierto pavor, que el Ministro del Interior asegura que cuando “ETA se disuelva”, las fuerza de seguridad del Estado no serán necesarias en el País Vasco y en Navarra.

Escucho, no sin cierto pavor, que el Ministro del Interior asegura que cuando “ETA se disuelva”, las fuerza de seguridad del Estado no serán necesarias en el País Vasco y en Navarra. Ya. Imagino que se refiere el Ministro componedor al Ejército, a la Guardia Civil y a la Policía Nacional. Y claro, tengo que hacer un comentario básico: ¿acaso no hacen falta fuerzas de seguridad del Estado en el País Vasco y Navarra (atención, Navarra!) una vez que ETA se disuelva, cuando se disuelva, si es que alguna vez se disuelve? ¿Sugiere el Ministro que el País Vasco y Navarra cuentan ahora con las fuerzas de seguridad nacionales simplemente por la existencia de ETA y no porque formen parte intrínseca de la seguridad del Estado? ¿Dejará de ser parte del Estado el País Vasco y Navarra cuando ETA se disuelva, en caso de que se disuelva?

Pasmoso. Pasmoso como todo lo que está aconteciendo en España y su territorio en los últimos meses. Declaraciones semejantes, intuyo son un error, porque no es posible que el Ministro del Interior de España considere que la Guardia Civil, el Ejército o la Policía Nacional tienen nada que hacer en una parte natural del territorio español. ¿O no?

O quizá el Ministro del Interior considera que, efectivamente, el País Vasco está españolizado porque en sus carretadas hay parejas de la Guardia Civil, y eso es molesto para otros intereses (políticos) de algunos? Y digo estas cosas, porque nadie se imagina que, por ejemplo, en Estados Unidos el FBI no tenga capacidad de movimientos en todos los estados americanos, o que los Bobbies británicos no tengan autoridad en todo el territorio del Reino Unido, o la gerdanmería en Francia.

El hecho de que algunos Ministros de este Gobierno, en vez de dedicarse a sus responsanbilidades, se pasen el día componiendo con los descomponedores, al final, nos va a descomponer al resto. No se puede ser más irresponsable y enfadar a más gente al mismo tiempo. Se ha perdido el sentido común.