Brutal pasividad policial
La marcha por la dignidad ha dejado claro que a algunos les va más la marcha que la dignidad. Según la ultraizquierda, hay cosas que la democracia no puede consentir, y que la derecha gane unas elecciones democráticas es una de ellas.
La marcha por la dignidad ha dejado claro que a algunos les va más la marcha que la dignidad. Según la ultraizquierda, hay cosas que la democracia no puede consentir, y que la derecha gane unas elecciones democráticas es una de ellas.
La marcha por la dignidad ha dejado claro que a algunos les va más la marcha que la dignidad. Los organizadores de la protesta aún no han tenido tiempo de redactar un comunicado de condena por los disturbios ocurridos tras su finalización. Y deben apresurarse a hacerlo. Fieles a su estilo, es urgente que denuncien la actitud inadmisible de… la Policía, por supuesto. Como todo el mundo ha podido ver en televisión, los antidisturbios, siguiendo instrucciones del pérfido Gobierno de Rajoy, se autolesionaron para acaparar titulares y robar protagonismo a una manifestación representativa de la democracia real, en la que se proclamó que «hay otras formas de ganar el poder al margen de las urnas».
Los agentes se dedicaron a rematar de cabeza los adoquines con los que los manifestantes pretendían redecorar el paisaje urbano en un sincero ejercicio de creatividad cívica. Alguno llegó a golpear con su ojo en el puño de jóvenes intelectuales cubiertos con capuchas para proteger del frío sus cálidas ideas. Incluso, llegaron a interponerse en la trayectoria de los cohetes con los que el proletariado celebraba serenamente su canto a la convivencia pacífica. Y cuando la ciudadanía se defendió de la provocadora actitud de las fuerzas del orden, éstas, lejos de defenderse con sus medios reglamentarios, se dejaron linchar. Vamos, que los antidisturbios fueron directamente a cargarse el magno acontecimiento con su brutal pasividad policial.
Según la ultraizquierda, hay cosas que la democracia no puede consentir, y que la derecha gane unas elecciones democráticas es una de ellas. Pero aún hay algo peor: que 67 policías se las arreglen para resultar heridos y culpar de ello a los inofensivos ciudadanos que ejercen libremente su derecho a apedrear a la Policía para denunciar el capitalismo, fascista y neoliberal. Intolerable.
