Superhéroes renovados
Desde hace años, el cine de superhéroes vive una nueva edad de oro, con espectaculares taquillazos. Algunos atribuyen ese éxito al progreso en los efectos visuales y sonoros, especialmente vistosos en tales películas.
Desde hace años, el cine de superhéroes vive una nueva edad de oro, con espectaculares taquillazos. Algunos atribuyen ese éxito al progreso en los efectos visuales y sonoros, especialmente vistosos en tales películas.
Desde hace años, el cine de superhéroes vive una nueva edad de oro, con espectaculares taquillazos. Algunos atribuyen ese éxito al progreso en los efectos visuales y sonoros, especialmente vistosos en tales películas. Pero también se debe a una inteligente renovación de sus arquetipos heroicos, en la que, manteniendo sus virtudes primigenias, se refuerza su fragilidad y cercanía. En este sentido, ha sido especialmente influyente el dramático realismo desplegado por el londinense Christopher Nolan en su elogiada trilogía sobre uno de los grandes superhéroes de DC Comics: Batman Begins (2005), El Caballero Oscuro (2008) y El Caballero Oscuro: La leyenda renace (2012).
El Universo Marvel ha asumido ese enfoque humanizador, le ha añadido algunos toques shakespearianos —a través de los filmes sobre Thor— y unas cuantas dosis de humor —con Iron Man como referente—, y ha reforzado su reivindicación del heroísmo clásico a través del Capitán América. La fórmula vuelve a mostrar sus potencialidades en Capitán América: El Soldado de Invierno, de los hermanos Anthony y Joe Russo.
Tan entretenida y espectacular como sus antecesoras —aunque menos redonda que Los Vengadores—, no aporta grandes novedades técnicas ni narrativas, pero dosifica bien los citados elementos y les añade un dilema moral muy actual. Porque Capitán América, la Viuda Negra, el Halcón y Nick Furia se enfrentan esta vez a un nuevo sistema de seguridad mundial, cuyo carácter preventivo limita las libertades básicas. Este enfoque permite a los hermanos Russo cuestionar el promiscuo intervencionismo militar y policial que genera la política del miedo al terrorismo y, de paso, rendir homenaje a los thrillers políticos de hace cuatro décadas, como Los tres días del Cóndor o Todos los hombres del presidente, ambos protagonizados por Robert Redford. De ahí su relevante papel en esta nueva aventura del intachable superhéroe.