THE OBJECTIVE
Melchor Miralles

El cabo del miedo

En todo Chile, de Arica a Punta Arenas, conviven con los terremotos con apacible prudencia. Es un país en el que hay una actividad sísmica casi constante. Los ciudadanos lo tienen interiorizado, forma parte de lo cotidiano.

Opinión
Comentarios
El cabo del miedo

En todo Chile, de Arica a Punta Arenas, conviven con los terremotos con apacible prudencia. Es un país en el que hay una actividad sísmica casi constante. Los ciudadanos lo tienen interiorizado, forma parte de lo cotidiano.

En todo Chile, de Arica a Punta Arenas, conviven con los terremotos con apacible prudencia. Es un país en el que hay una actividad sísmica casi constante. Los ciudadanos lo tienen interiorizado, forma parte de lo cotidiano, lo afrontan con un sereno escepticismo, similar al de quien mira llover pensando en que ya parará. Pero esta réplica ha sido intensa, más de lo habitual, y ha habido miedo. En Arica ha habido miedo.

Iván Alvarado estaba allí y captó esta imagen rotunda en su belleza. Un hombre camina, con su mochila, relajado, pese a que, como en el cabo del miedo, la tierra se ha abierto en canal bajo sus pies. La autovía, que se presenta infinita. La ciudad al fondo, excesivamente lejos en caso de prisa. El cielo, cobrizo, como la montaña. El asfalto se resquebraja, pero los habitantes de la zona son gente acostumbrada a convertir en simple e inocuo lo que para la mayoría sería complejo y aterrador.

Tiembla el corazón de la tierra, amenaza tsunami, se quiebra el asfalto que nos reventaría si cayéramos de bruces, bruscamente, sobre él, pero este hombre, con su botella de agua en la mano izquierda, camina hacia su destino con la tranquilidad aparente de quién está acostumbrado a bailar con la más complicada.

Decía De Mille que las películas deben comenzar con un terremoto e ir creciendo en acción. Ésto no es una película, y nuestro actor no da la impresión de acelerar el paso. Un terremoto de continuo moldea el ánimo. Curte los nervios. Pero cuando se agrieta el pavimento mientras caminas, hay que estar muy en paz con uno mismo para no echar a correr ladera abajo. ¿O arriba? Preferiría no verme en esa disyuntiva.

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D