THE OBJECTIVE
Patricia F. de Lis

El mundo en que vivimos

Rose tiene 18 años, vive en Guinea y es la primera superviviente del brote del virus del ébola que ha matado ya a 100 de sus conciudadanos, y que se ha extendido a países vecinos como Sierra Leona y Liberia.

Opinión
Comentarios
El mundo en que vivimos

Rose tiene 18 años, vive en Guinea y es la primera superviviente del brote del virus del ébola que ha matado ya a 100 de sus conciudadanos, y que se ha extendido a países vecinos como Sierra Leona y Liberia.

Rose tiene 18 años, vive en Guinea y es la primera superviviente del brote del virus del ébola que ha matado ya a 100 de sus conciudadanos, y que se ha extendido a países vecinos como Sierra Leona y Liberia. La cepa, llamada Zaire, es la más letal de un virus ya de por sí terrorífico, extremadamente contagioso y con tasas de mortalidad superiores al 90%.

No hay tratamiento contra el ébola. Tampoco tiene cura. El virus fue descubierto en 1976. Hasta ahora, ha provocado casi un millar de muertos, todos ellos en África, especialmente en Congo, Guinea, Zaire y Gabón. Diversos grupos de investigación en EEUU y Europa trabajan en lograr una vacuna, pero es un virus endiabladamente complejo, y los afectados son muy pocos y, además, son invisibles.

“Nosotros no desarrollamos este producto [contra el cáncer] para el mercado indio; lo desarrollamos para pacientes occidentales que pueden pagarlo”, decía hace unos meses el director ejecutivo de Bayer, Marijn Dekkers. Se montó un buen escándalo, pero Dekkers decía la verdad. Las farmacéuticas son empresas con accionistas y empleados, y pueden y deben buscar lealmente beneficios. El problema es que muchas veces no actúan lealmente -presionan a nivel legal y político para lograr y explotar al máximo sus patentes-.

Podemos quejarnos, protestar e indignarnos hasta la saciedad, pero, en el mundo en que vivimos, nunca podremos evitar que una empresa privada invierta donde le parezca en lugar de gastar tiempo y recursos en una vacuna para un virus que afecta a cientos de personas que no pueden pagarla. Lo que sí podemos hacer es presionar para cambiar este mundo en el que vivimos. Y una buena manera es votando a un partido que entienda que es, precisamente, en las crisis cuando hay que invertir en ayuda al desarrollo y en investigación básica. Si encuentran alguno, no dejen de avisar.

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D