Estaremos todos de acuerdo en que la libertad y la democracia tienen muy poco que ver con el socialismo y el comunismo marxista leninista. Basta con leer libros de historia o recordar el Muro de Berlín, que San Juan Pablo II contribuyó a derribar..
Estaremos todos de acuerdo en que la libertad y la democracia tienen muy poco que ver con el socialismo y el comunismo marxista leninista. Basta con leer libros de historia o recordar el Muro de Berlín, que San Juan Pablo II contribuyó a derribar. La Stasi se parecía mucho a la Gestapo y el socialismo real se parece mucho a una cárcel inmensa.
La libertad, en el sentido moderno del concepto, tiene apenas dos mil años, y surge de la frase de Cristo: «La Verdad os hará libres». El mundo pagano era un mundo que no conocía ni la libertad ni la dignidad de la persona, un mundo clasista donde la condición de «ser humano» la disfrutaban muy pocos habitantes del planeta. Era, en consecuencia, un mundo esclavista sin remordimientos de conciencia. Vino, pues, el Hijo de Dios a traernos la libertad y la dignidad, y lo sigue haciendo hoy desde la Iglesia Católica que Él fundó.
Mientras, según el Servicio Católico de Noticias de Nigeria, se informa de que Boko Haram ha asesinado a más de 500 católicos y destruido 20 iglesias y casas parroquiales, a estas horas se ignora el paradero de las 190 niñas secuestradas por la milicia de este carnicero yihadista.
Y mientras el mundo «progresista» abomina de sus orígenes cristianos, líderes católicos, anglicanos y musulmanes fundan la «Red Mundial por la Libertad» y firman en el Vaticano un acuerdo histórico para acabar con la esclavitud moderna, el tráfico de seres humanos, la prostitución forzada, los niños soldados, la pornografía infantil, el servilismo por deudas o los matrimonios impuestos, entre otras perversiones paganas. Se trata, afirman con razón, de un auténtico crimen contra la humanidad e invitan a todos los fieles, a sus líderes y a las personas de buena voluntad a adherirse a este movimiento.
Espero que las personas de buena voluntad de izquierdas aparquen por una vez los insultos y reconozcan algún mérito en las iniciativas católicas.
-Es usted un ingenuo.
-Ya lo sé.