No más palabrotas

Nunca he entendido por qué de la televisión permite semejante lenguaje, en el que la radio nunca cayó. Creo que los tacos y las palabrotas, que forman y enriquecen nuestro idioma, tiene su ámbito concreto de utilización y éste nunca puede ser una televisión.

Por una vez en la vida estoy de acuerdo con el dirigente ruso Vladímir Putin. Si no en todo, al menos en parte. Resulta que al zar de la súper potencia no se le ha ocurrido otra cosa que prohibir las palabrotas. Así como suena. Nada de tacos en medios de comunicación, espectáculos ni literatura.

Y es ahí precisamente donde se pasa el bueno de Vladímir. Una cosa es que en medios populares de comunicación como la radio o televisión se prohíban las palabras malsonantes, y otra ampliar esta norma a las obras literarias que suelen ser trabajos de minorías y sobre todo, elaboraciones más cuidadas, artísticas y culturales.

Los que contravengan la prohibición se verán penalizados con multas de distinta magnitud, pudiendo llegar hasta los 1.000€, que no es que sea mucho, pero sí un susto para los contravinentes de la norma.

Y aunque no me gusta prohibir, todavía recuerdo aquel eslogan del ’68 «Prohibido prohibir», entiendo que algunos programas, de televisión especialmente, se han pasado en su licencia de utilizar en boca de presentadores y colaboradores palabras malsonantes, expresiones soeces, cuando no blasfemias. Nunca he entendido por qué de la televisión permite semejante lenguaje, en el que la radio nunca cayó. Creo que los tacos y las palabrotas, que forman y enriquecen nuestro idioma, cualquier idioma, tiene su ámbito concreto de utilización y éste nunca puede ser una televisión, medio de masas con millones de espectadores.

Utilizar palabrotas como lenguaje habitual en los medios de comunicación solo denuncian pobreza de léxico, mala educación, y escasez de ideas. La decisión de Putin puede parecer autoritaria y hasta dictatorial, un ataque a la libertad de opinión e información, pero personalmente pienso que la utilización de semejantes lenguajes malsonantes no enriquecen nuestro idioma utilizado así, que es un mal ejemplo para nuestros niños y jóvenes, y ya que los directivos de las cadena de televisión donde se expresan así con tanta frecuencia sus contratados y total impunidad, no estaría de más que el ejemplo de Putin se copiara por nuestros lares.