¿Europa? Voto Referéndum
Cañete luciéndose con repulsivas declaraciones propias del cansancio ha ofrecido algo de foco a una campaña gris y con escasa Europa de nuestros políticos inmovilistas: resistentes a probar nuevas fórmulas y satisfechos de mirarse el ombligo.
Cañete luciéndose con repulsivas declaraciones propias del cansancio ha ofrecido algo de foco a una campaña gris y con escasa Europa de nuestros políticos inmovilistas: resistentes a probar nuevas fórmulas y satisfechos de mirarse el ombligo.
Que desde la muerte de Franco sólo se hayan celebrado cuatro referendos, lejos de parecerme un reflejo de nuestra estabilidad democrática, es un síntoma de poca cintura o estrechez de miras. Suiza acaba de someterse a un par, uno de ellos sobre la instauración de un salario mínimo, que por cierto ha sido rechazado por amplia mayoría. Dejando en un aparte si el –NO– ciudadano a establecer una cota de 18 euros la hora, 3.270 euros, como sueldo mínimo es un acierto o lo contrario, me acojo al poder y consciencia de lo suizos. Esos ciudadanos viven en el envidiable estado del mundo más próximo a una democracia directa; donde el pueblo goza de una mayor participación en la toma de decisiones políticas trascendentales. Si dicha herramienta, incluida en nuestra Constitución, se ha demostrado que aumenta el pluralismo, favorece las grandes coaliciones y aumentan la estabilidad, ¿por qué no hacer mayor uso de ellos? Quizás fuera un camino para acercar al pueblo desencantado a la política, para dejarse de abusivos Decretos Ley y terminar con un bipartidismo contrario a nuestra naturaleza diversa.
No somos grandes, pero mirarnos el ombligo nos hace más pequeños y debilita la confianza de nuestro pueblo. No quiero mal entendidos, el sistema suizo no es la panacea, no vayan a pensar que estoy de acuerdo con el inmovilismo helvético tan poco aperturista como el último –no– a la inmigración masiva y volver a establecer cuotas anuales. No todo debería valer, pero sí creo que el pueblo debería opinar mucho más. Esta semana miramos a Europa, debemos votar ¿de qué han hablado nuestros políticos? Cañete luciéndose con repulsivas declaraciones ‘propias del cansancio’ ha ofrecido algo de foco a una campaña gris y con escasa Europa de nuestros políticos inmovilistas: resistentes a probar nuevas fórmulas y satisfechos de mirarse el ombligo. ¿Europa? No me malinterpreten… ¡Voto Referéndum!