Bárbaros y cafres
He aquí un nuevo sujeto internacional para recordar: Boko Haram. No sé lo que significa ni me importa. Es una nueva cara del prisma del terrorismo. Ese enemigo avanza porque aprovecha las lecciones pasadas. Las tácticas terroristas triunfan.
He aquí un nuevo sujeto internacional para recordar: Boko Haram. No sé lo que significa ni me importa. Es una nueva cara del prisma del terrorismo. Ese enemigo avanza porque aprovecha las lecciones pasadas. Las tácticas terroristas triunfan.
La consulta cotidiana de The Objective nos permite salirnos de los asuntos parroquiales más bien festivos, como el fútbol o las elecciones. Está bien ese ejercicio de cosmopolitismo. El mundo sigue girando. Desde la estación espacial el planeta es de color azul y no se divisan las rayas de las fronteras. Por desgracia, las noticias que llegan del mundo suelen ser casos de violencia descarnada o de catástrofes.
He aquí un nuevo sujeto internacional para recordar: Boko Haram. No sé lo que significa ni me importa. Es una nueva cara del prisma del terrorismo. Ese enemigo avanza porque aprovecha las lecciones pasadas. Las tácticas terroristas triunfan, incluso consiguen la bendición de la opinión pública, cuando se acercan a sus objetivos políticos. En ese caso se bautizan de otra forma y hasta se acogen a las libertades que establecen las democracias.
En el mejor de los casos homenajeamos a las víctimas del terrorismo. Pero hay poco lugar, en la opinión o en la política, para los héroes que se enfrentan a ese dragón de las siete cabezas. Lo malo es que ?para seguir con la metáfora de la leyenda? esos luchadores suelen ser personas individuales o incluso anónimas. La noticia procede del otro lado, de las barbaridades de los cafres. No se vea xenofobia en lo que digo. Ni los bárbaros ni los cafres existieron nunca como grupos étnicos. Son entelequias para designar vagamente a hipotéticas tribus sanguinarias. Siguen siendo términos útiles para describir este mundo nuestro.
Lo peor es que el terrorismo se organiza escala internacional. Sin embargo la lucha contra el monstruo sigue siendo tímidamente nacional. La noticia de que la ONU ha incluido a Boko Haram en la lista de organizaciones terroristas resulta de una inocencia angelical.