Coge el dinero y corre
Este fajo de billetes puede ser para tí. O para mí. O para cualquiera que encuentre su escondite en las calles de San Francisco, EE.UU. Lo buscas, lo coges y corres. Es tuyo. Resulta que un tipo millonario se ha dedicado a esconder billetes de 100 dólares por toda la ciudad.
Este fajo de billetes puede ser para tí. O para mí. O para cualquiera que encuentre su escondite en las calles de San Francisco, EE.UU. Lo buscas, lo coges y corres. Es tuyo. Resulta que un tipo millonario se ha dedicado a esconder billetes de 100 dólares por toda la ciudad.
Este fajo de billetes puede ser para tí. O para mí. O para cualquiera que encuentre su escondite en las calles de San Francisco, EE.UU. Lo buscas, lo coges y corres. Es tuyo. Resulta que un tipo millonario se ha dedicado a esconder billetes de 100 dólares por toda la ciudad.
El tipo ha creado una cuenta en Twitter, donde va dejando pistas de los escondites del dinero. El tipo está forrado, y lo adornan de buen samaritano, aunque yo no lo suscribo. Su cuenta de Twitter está que quema. Lógico. Por los rincones de San Francisco, ya hay miles de personas en busca del tesoro. Lo lógico también se llama necesidad pura. La fama de este anónimo magnate crece como el vértigo. No da su nombre, pero sí hace declaraciones a un periódico local: “He hecho millones de dólares en los últimos años, más de los que nunca imaginé, y, sin embargo, muchos de mis amigos y la gente que trabaja para mí no pueden comprarse una casa modesta”.
Muchos ven en él un Robin Hood de la crisis. Yo, ciertamente, no. Encuentro que hay un afán de fama a costa de una bondad torcida, que acaso no es bondad. Un tipo forrado va y regala dinero a otros. Pues muy bien. Nos alegramos. ¿Pero dónde está aquí el samaritanismo? Quiero decir que si tienes localizada la necesidad en amigos y empleados, y también localizado el apuro de tantos otros, a vuelo de vistazo, entonces, ¿por qué dejar al azar, al azar de los elegidos de Twitter, el premio de billetazos que les arregle la vida? Algo no me cuadra, no. Yo me entiendo, y ustedes también. Pero si pillas el dinero, corre.