Y "Podemos", pudo
Sería injusto decir que estas elecciones las ha ganado un partido porque la única ganadora ha sido la abstención. También sería absurdo negar lo evidente y es que el PSOE se ha llevado la peor parte, y en una doble vertiente.
Sería injusto decir que estas elecciones las ha ganado un partido porque la única ganadora ha sido la abstención. También sería absurdo negar lo evidente y es que el PSOE se ha llevado la peor parte, y en una doble vertiente.
Sería injusto decir que estas elecciones las ha ganado un partido porque la única ganadora ha sido la abstención. También sería absurdo negar lo evidente y es que el PSOE se ha llevado la peor parte, y en una doble vertiente. No solo se ha dejado en el camino miles de votos sino que ha visto como su espacio, el de la izquierda, se ha vuelto a compartimentar.
El nuevo inquilino ha entrado con fuerza y no se ha contentado con permanecer en una esquina. Cinco escaños no parecen muchos pero al PSOE le hubiesen venido de perlas para evitar el tsunami del 25M.
Y es que la noche electoral pasó por Ferraz como Atila y se llevó por delante al hasta ahora incombustible Rubalcaba. Fue la primera pieza en caer en una voladura, no está claro si controlada, de las estructuras del partido. Los militantes piden cabezas a la par que caras nuevas y la batalla ha comenzado.
Algunos han optado por situarse desde el primer minuto al lado del caballo aparentemente ganador. Curiosamente han sido las federaciones más débiles las primeras en salir a rendir pleitesía a Susana Díaz. Muchos la señalan como la única capaz de recomponer el partido pero otros tantos creen que es hora de predicar con el ejemplo y dar voz a los militantes .
A más de uno se le ponen los pelos como escarpias con eso de la democracia interna. Un concepto sobre el que es fácil teorizar, pero que cuesta llevar a la práctica sobre todo cuando nunca se ha ejercido.
Y en esas andan en Ferraz. Diseñando nuevas reglas para un juego que nunca han practicado pero en el que van con demasiado retraso. Quizás han sido demasiados meses hablando de futuras primarias en los que nadie ha prestado atención a lo que se movía a su izquierda. Las bases parecen haber encontrado refugio en otro Pablo Iglesias que, paradojas de la política ha fundado un nuevo partido y amenaza con quedarse y para rato.
Es curioso lo que este profesor universitario ha logrado en pocas semanas. Convertirse en la pesadilla de la derecha y de la izquierda casi a partes iguales. Y mientras unos y otros lamen sus heridas, «Podemos» sigue recordando en los medios que «pudo» y que si le dejan lo volverá a hacer.
Pero ojo: que el 25M no solo perdió Rubalcaba. También lo hizo el bipartidismo y al PP le convendría asumir su parte de culpa. Sus votantes no se han ido a «Podemos», pero se han quedado en casa y eso tampoco lo deberían ovidar los «arriolas» y fontaneros genoveses de turno.
Lo bueno de la democracia es que hasta los «frikis» se pueden presentar a unas elecciones y sacar más de un millón de votos. Los que quieran recuperarlos para su causa harían bien en mover ficha.