El capital contra Banksy
«Banksy quiere dejarlo claro: esta exhibición no tiene que ver conmigo y creo que es repulsivo que la gente pueda exhibir arte en las paredes sin permiso». Ya lo dijo hace unos meses a raíz de la exposición no autorizada «Stealing Banksy?».
«Banksy quiere dejarlo claro: esta exhibición no tiene que ver conmigo y creo que es repulsivo que la gente pueda exhibir arte en las paredes sin permiso». Ya lo dijo hace unos meses a raíz de la exposición no autorizada «Stealing Banksy?».
«Banksy quiere dejarlo claro: esta exhibición no tiene que ver conmigo y creo que es repulsivo que la gente pueda exhibir arte en las paredes sin permiso». Ya lo dijo hace unos meses a raíz de la exposición no autorizada «Stealing Banksy?» en el ME Hotel de Londres. Pero se lo han vuelto a hacer. Ahora en Sothebys y bajo el morboso título “La Retrospectiva No Autorizada”.
Yo creo que a ese lema le faltan palabras: “Violamos a Banksy, violamos su obra, pero está justificado porque queremos vender”. Él pinta de noche, esconde su identidad y ha puesto el arte callejero a la altura que se merece. Pero como el capital planea por encima de todo, Banksy tiene que ver cómo algunas sabandijas se apropian de sus obras, las adornan con zapatillas de una marca determinada, las cuelgan en museos o, lo peor de todo, organizan un exclusiva venta privada como la de Sothebys.
«Creo que es lo último que querría ver Banksy». Lo ha reconocido Steve Lazarides, comisario de la exposición y agente del grafitero durante 10 años. Pero poco importa lo que piense -o sienta- el artista. Así que han reunido 70 obras sobre paredes salpicadas de sprays que se podrán vender por precios de hasta 600.000 euros. Todo muy cool, muy moderno, muy “artístico”.
Lo ha escrito Javier Montero hace poco: “la creatividad es el pensamiento mágico del capitalismo”. No sé si la frase tiene que ver con esto pero juntar “creatividad” y “capitalismo” en un mismo enunciado da que pensar. Por desgracia estas 70 obras entre esculturas, pinturas y serigrafías que fueron vendidas originalmente por 50 o 100 libras han multiplicado su valor (el económico) en muy poco tiempo. Si no fuera así Banksy probablemente sería considerado un vándalo como todos los otros y sus obras estarían donde tienen que estar, es decir, donde él las ha concebido.