El culo común
Por ese único culo general que es lo que les preocupa a los políticos de «la caspa», es por lo que posiciones encontradas entre dos «supuestas» orillas en el mundo de la política, léase PP-PSOE, se unen y se aplauden mutuamente como amantes acaramelados que acaban de pasar una mala racha.
Por ese único culo general que es lo que les preocupa a los políticos de «la caspa», es por lo que posiciones encontradas entre dos «supuestas» orillas en el mundo de la política, léase PP-PSOE, se unen y se aplauden mutuamente como amantes acaramelados que acaban de pasar una mala racha.
No hay mejor cosa para volver a acercar a dos partes, aunque no sean amigas entre sí, que una amenaza común sobre el futuro de sus culos. Y es que como es bien sabido hablando de intenciones de voto u opiniones, éstas son como los culos, que cada uno tiene el suyo. Pero en este caso, la opinión, que es como un culo, se ve homogeneizada y convertida en un único culo común.
Por ese único culo general que es lo que les preocupa a los políticos de «la caspa», es por lo que posiciones encontradas entre dos «supuestas» orillas en el mundo de la política, léase PP-PSOE, se unen y se aplauden mutuamente como amantes acaramelados que acaban de pasar una mala racha: el amor surge ahora con fuerzas renovadas con la intención de perpetuarse y ante el temor de que la opinión pública encuentre de repente una brecha para opinar y actuar.
Parece mentira que sea precisamente nuestra «Constitución» la que ampara el inmovilismo por el cual queda legitimada la posición que argumenta el PSOE: por un lado defienden su republicanismo innato, pero por el otro, el «paraguas» constitucional les posibilita la buena armonía entre democracia y monarquía, en la que ellos se escudan de nuevo para bañarse y guardar la ropa. Es de risa. Es desgarrador. Es insultante. Pero insisto. Lo que no quieren poner en tela de juicio sobre todas las cosas ante la libre opinión de la ciudadanía, es el aposentamiento de su culo o de su opinión, que al día de hoy vienen a ser la misma cosa. Y así, detrás del telón sobre el que representan su comedia de posiciones encontradas, aparece un nidito de amor en el que liberan el respeto común por salvaguardar sus «diputados» traseros.