En busca de la autocrítica

Cada vez me da más miedo la mente humana. Cada vez estoy más segura que el cerebro es un contenedor en el que el periodista de turno vuelca las ideas que le vienen en gana. Amigos, no os dejéis engañar.

Capacidad crítica. Dos palabras simples pero que entrañan mucho esfuerzo, y el ser humano es conformista por naturaleza, así que para qué dudar ¿no?. Cada vez que conozco un poco más la sustancia humana me doy cuenta de lo fácilmente manipulables que somos.

Ya lo denunciaba Michael Focault hace décadas, somos intelectuales parciales. Leemos aquellos periódicos acordes a nuestras ideologías, vemos aquellas televisiones acordes a la línea editorial que creemos que es la correcta e idolatramos a los periodistas que piensan como nosotros. ¡Qué simples somos! ¿Verdad? ¡Y qué tétricos!

¿Y no debería ser justo al revés? ¿Leer aquello que es contrario a lo que pensamos y escuchar aquello que es la antítesis a nuestros ideales? Si no comprendemos las dos posiciones, si no sabemos lo que la oposición piensa, jamás podremos dudar de nuestros principios, jamás ostentaremos esa capacidad crítica que permita comprender lo que el compañero de al lado piensa. Solo reforzaremos nuestras ideas engañándonos a nosotros mismos creyendo que estamos en lo cierto en lugar de utilizar nuestra capacidad de empatía.

Cada vez me da más miedo la mente humana. Cada vez estoy más segura que el cerebro es un contenedor en el que el periodista de turno vuelca las ideas que le vienen en gana. Amigos, no os dejéis engañar. Hay muchos medios de comunicación, pero pocos periodistas de verdad. Luchad por lo que creéis no por lo que quieren que creas.