Prohibir pobres
Si ya no se va a poder ni pedir, se tendrá que empezar a exigir. En Noruega se va a prohibir a los mendigos, que es como prohibir a los pobres de titulación. A partir del próximo mes de julio, si encuentran en las calles a alguien pidiendo limosna, le multarán o le llevarán a la cárcel.
Si ya no se va a poder ni pedir, se tendrá que empezar a exigir. En Noruega se va a prohibir a los mendigos, que es como prohibir a los pobres de titulación. A partir del próximo mes de julio, si encuentran en las calles a alguien pidiendo limosna, le multarán o le llevarán a la cárcel.
Si ya no se va a poder ni pedir, se tendrá que empezar a exigir. En Noruega se va a prohibir a los mendigos, que es como prohibir a los pobres de titulación. A partir del próximo mes de julio, si encuentran en las calles a alguien pidiendo limosna, le multarán o le llevarán a la cárcel.
Vamos, que irán al calabozo, porque, por definición, un mendigo no tiene dinero, y aún menos un ahorrillo para multas. A soberbios disparates estamos llegando. Y digo “estamos” porque Noruega no pilla tan lejos. Y digo “estamos” porque Noruega es el país más rico de Europa en renta per cápita y bienestar. De modo que, ahora mismo, muchos de nosotros deberíamos sentirnos mendigos noruegos, o sea, pobres noruegos. Por seguir con los disparates, la ley para llevar a los mendigos a prisión es una iniciativa del Partido del Progreso. Ya sé que en política a nada se le llama por su nombre, más bien todo lo contrario. Y ya sé de qué pie cojea ese partido, y ustedes también. Aun así, cómo va a dejar de alarmarnos que a bordo del nombre del Progreso quieran llevar a chirona al que no tiene dónde caerse muerto. Y todo esto porque a los noruegos les iba tan bien que prácticamente desconocían la mendicidad. Todo esto porque ahora los pobres del Este de Europa se han ido trasladando a Oslo, buscando un trozo de pan.
Todo esto porque a algunos les molesta eso de tener tan mano a los pobres, ahí en tu propia calle. Ojos que no ven, corazón que no siente. En este caso: Ojos que ven, corazón que sigue sin sentir, al menos, adecuadamente, que es decir humanamente. Remato como empecé. Si ya no se va a poder ni pedir, se tendrá que empezar a exigir. Pero a los que proponen barbaridades de este calibre, obviamente.